domingo, 2 de junio de 2019

Poemas con excusa VII: sonetos políticos y esdrújulos


Nueva edición del juego poético nacido en La Internacional de Poesía Expatriada. Esta vez, nuestros maníacos de la versificación, a tono con el clima electoral en Argentina pero también en otras partes, le ofrecen al (¿sufrido?) público lector sonetos políticos y esdrújulos. Peléese, acuerde, ríase, enójese, diviértase con ellos. Creemos que tienen, como mínimo, una virtud, común a toda las formas con estructuras fijas: la restricción formal obliga a disciplinar el "contenido", a una toma de distancia para poder observarlo y así adaptarlo a la forma. Y tomar distancia de lo que uno dice o quiere decir para lograr así que el "qué" y el "cómo" sean un todo indivisible siempre es bueno. En política y en todo lo demás. Y, sin más trámite, nuestros sonetopolemistas (¿?), por orden de aparición: 1) Alejo Steimberg, 2) Federico Reggiani, 3) Oscar Steimberg y 4) Darío Steimberg.

1) Dinámica centrípeta

Yo veo una dinámica centrípeta
focalizada en el PJ orgánico.
Me importa un cuerno si es amor o pánico
o que al ungido acusen de heredípeta.

Pocos en pie ya quedan en el áspero
juego de bellos tronos democráticos:
no creamos que hechizos matemáticos
nos cubrirán de joyas de oro y diáspero.

Que termine bien lejos el histérico
que se pierda en delirios autoeróticos
y apueste por victorias epilépticas:

las elecciones no serán ascépticas
y no hay tiempo para votos narcóticos.
¡Adiós, liberalismo cadavérico!


2) Político y antiépico

Misterios: en sistemas democráticos
(aun cuando son sistemas estadísticos)
siempre aparecen con recursos místicos
para darnos retratos hagiográficos.

Embellecen sujetos más bien rústicos
con oropel de contenido mágico,
les parece un fastidio si no es trágico,
necesitan canciones, son acústicos.

Sinceramente, votaría políticos
que sean más tediosos que un gramático
y no sepan de cónclaves jesuíticos;

sin épicas ni acólitos acríticos.
No quiero edades de oro ni un fanático,
yo me quiero aburrir sin ansiolíticos.


3) Asir lo teórico en el ático

Ella supo mostrar el complejísimo
armarse de un decir que fue didáctico
sobre lo terrenal o lo galáctico,
lo ya enraizado o lo novedosísimo.

Porque sobrevivió a lo pospolítico
denunciando lo grave de lo práctico,
o los vacíos de lo paratáctico
en el discurso pobremente crítico

del que la va de héroe apocalíptico
o no quiere enterarse del pronóstico
que cada día es el  mensaje aurático

para insistir en su murmullo críptico.
Hay que ser mina en este tiempo agnóstico
para asir lo teórico en el ático.


4) Un espectáculo

Pedir cárcel sin más, sin pruebas fácticas,
ver hundir ministerios que son básicos,
apoyar presidentes monofásicos,
defender asesinos: meras tácticas.

A vicepresidentas presintácticas,
diputados agentes y jurásicos
senadores, a espías (que son clásicos)
justificar con garbo: son sus prácticas.

¿La desocupación?, un mal teórico;
que aumente la pobreza no es obstáculo;
un diario negador siempre de oráculo;
endeudarnos de más, el gesto histórico.

“¡República!” es su grito más folklórico:
votante liberal, un espectáculo.

3 comentarios:

Victoria dijo...

Letras que juegan a la lotería para poder armarse de formas librescas.
Si supieran su destino no osarian cubrirse de laureles; jugarían a esconderse en esas cavernas donde se guarnecia el hombre sin palabras.
Hoy la pluma de cuatro carnívoros las desempolva del engaño al que estaban destinadas
Así quedarán salvaguardadas de ignotos declamadores que pugnan por anunciar la buena nueva.

Comandante Cansado dijo...

Gracias Victoria!

Unknown dijo...

Darío Steimberg, "vicepresidenta presintáctica" es lo mejor que leí en el día. Salud.