De la serie "Covers de clásicos variopintos"
El teclado excéntrico
Ben Yehudas del soneto, versificación lúdica, poesía expatriada y todo por el estilo. Surfeando el caos con Epicuro.
jueves, 12 de mayo de 2022
Poemas con excusa: Mash-up poético
sábado, 30 de abril de 2022
Estrofas en peligro de extinción III: el triolet, rondel y la poesía francesa medieval con estribillos.
Dentro de las diferentes formas poéticas que hoy predominan es muy extraño encontrar uso de estribillos. Da la impresión de que, en la medida en que la poesía y la letrística de canciones musicales se iban separando para reclamar espacios propios (a partir del siglo XV), cada una seleccionó y potenció ciertos rasgos en esa especie de camino hacia la especialización. Es por eso que no es en absoluto de extrañar haber llegado a un estado en el cual, no solo la repetición de versos, sino la rítmica misma y el compás hayan podido desaparecer, o como mínimo haber retrocedido hasta quedarse muy por detrás de las formas anisosilábicas.
El uso de estribillos fue muy común durante toda la edad media como ya vimos en otros ejemplos como el del zéjel. Se dio especialmente en la poesía de carácter breve y más lírico como el villancico y la letrilla donde la narratividad es menos acusada, aquella poesía que nació de la mano de la música y los instrumentos. No lo encontramos en formas versales como el romance y las poemas épicos, o al menos, es menos frecuente y no forma parte de la estructura de los mismos.
El rondel fue una de las primeras de estas manifestaciones y constaba de trece versos octosílabos en la siguiente distribución de tres estrofas:
a'-b'-a-b a-b-a'-b' a-b-a-b-(b'/a')
Le temps a laissié son manteau
De vent, de froidure et de pluye
Et s’est vestu de brouderie
De soleil luyant, cler et beau
Il n’y a beste, ne oyseau
Qu’en son jargon ne chant ou crie:
Le temps a laissié son manteau
De vent, de froidure et de pluye.
Riviere, fontaine et ruisseau
Portent, en livrée jolie,
Gouttes d’argent et d’orfaverie,
Chascun s’abille de nouveau.
Le temps a laissié son manteau.
Algo bastante característico es que para un tipo de versificación consonante con una longitud de trece versos solo se usen dos rimas, pero si observamos con más atención, vemos que la dificultad no es tal, pues muchas de ellas se repiten en los estribillos (letras marcadas con ' ). Aun siendo una forma medieval recibió un particular renacimiento por parte de los poetas simbolistas del XIX, como Tristan Corbiere, Mallarmé o Theodore de Banville introduciendo variaciones y cierta experimentación comedida. Análogamente en el ámbito hispánico fue Medardo Angel Silva como buen escritor finisecular, quien hizo interesantes variaciones, tomando un soneto de trece versos y, en lugar de repetir los versos para crear estribillos repetir solo la palabra final.
Bailas: grácil y fino, sobre la alfombra,
tu cuerpo adolescente rápido rueda;
y el alma siente anhelos de ser tu sombra
para morir besando tu pie de seda.
Lo rojo de tu veste la muerte incita
y el beso que en tus labios suspenso queda
roba el aire oloroso que fresco agita
tu cabello ondulante de nardo y seda...
Mi espíritu doliente sigue los trazos
de tu planta que un albo lirio remeda
tus mejillas enciende sus rojos rasos
y el corazón quisiera ser mil pedazos
para que lo triture tu pie de seda!
El triolet es una forma estrechamente relacionada con el rondeau , el rondel y el rondelet , otras formas que se basan en la repetición y la rima. Parece haber tenido su origen en la zona Picardía . Los primeros ejemplos escritos son de finales del siglo XIII. Su estructura más común consiste en lo siguiente:
a'-b'-b-a' a-b-a'-b'
Al igual que las formas anteriores se solía dar en octosílabo, ya que parece una evolución misma de estas. Dentro de las formas medievales con estribillos, el triolet ha sido la forma con más representación fuera de su contexto de origen. Entre todas ellas, la relativa supervivencia del triolet probablemente se deba a que la repetición de versos es mucho más marcada que en el rondel o el rondeau, de forma que los versos que se repiten, más que suponer un estribillo o un elemento que refuerza la musicalidad, supondrían la base misma y la estructura del poema, pues vemos que, para ocho versos, cinco de ellos son repetidos. Esto es algo tremendamente disrruptivo en cuanto a estructuración formal, pues nos aleja del resto de formas en sus fundamentos mismos. A este hecho hay que sumarle la brevedad, tan solo ocho versos de arte menor, algo que compositivamente lo sitúa, salvando las distancias, en la línea de formas breves de carácter minimalistas como el haiku tan populares en los últimos cincuenta años. Aquí un ejemplo de Manuel González Prada, seguramente el más conocido en lengua española:
Algo me dicen tus ojos;
Más lo que dicen no sé.
Entre misterio y sonrojos,
Algo me dicen tus ojos.
¿Vibran desdenes y enojos,
O hablan de amor y de fe?
Algo me dicen tus ojos;
Más lo que dicen no sé.
Si bien estos son dos ejemplos de la lírica medieval francesa con estribillo la lista de formas es interminable y ha sido un recurso muy poco explotado en lengua española por habernos centrado excesivamente en nuestra propia tradición. Entre las restantes encontraríamos el rondeau, el virelai, el lai, el árbol bifurcado. No vamos a entrar en estos porque son básicamente variaciones unos de otros con diferentes esquemas de repetición, pero más abajo dejaré una serie de tablas con las diferencias entre ellos. Todo esta tema podría hacerse incluso más complejo si tenemos en cuenta que dentro de cada uno había variaciones o autores que introducían cambios en los mismos, pero como siempre decimos en este blog todo lo que se ofrece aquí son herramientas que vosotros mismos podéis usar, hacer y deshacer a vuestro antojo así que no dejéis de improvisar con el material base que se ofrece.
domingo, 13 de marzo de 2022
Poemas con excusa: asonantando al fénix
En esta entrega nos hemos propuesto escribir un poema rimando palabras fénix, entre sí, y os preguntareis ¿Es esto posible? la respuesta es sí si las rimas asonantemente, además hicimos un posteo teórico muy interesante para explorar algunas de las facetas de este concepto. En cuanto a la temática elegida se trata de hablar de los pecados capitales, el que más o los que más le gustasen a nuestros participantes.
Participan en esta entrega por orden de aportación Victor Atikof, David R. Valeiras, quien escribe, Ginés Solaeche y por primera vez en el blog Víctor Anza.
La propuesta con la que vamos a empezar es quizás la más disruptiva ya que combina el uso de palabras fénix con verso libre y palabras que no lo son, esto no parece casual si vemos que el tema que ha elegido tratar es la soberbia. La soberbia parece un precepto para hablarnos de la caída del de lucifer, según las religión cristiana causa misma de los hechos. Formalmente empieza usando muchas palabras fénix con algunas otras que solo tienen una o dos rimas potenciales y termina acortando la longitud de los versos para cerrar el poema.
Ángel soy, Serafín ínclito
De belleza sin eclipse
Y por eso río y desafío invicto
Al propio Dios y su estirpe
Yo, Lucifer, por gracia de hermosa soberbia
Os traeré la mentira y expulsará el Cruel Demiurgo
A los desiertos y la ciénaga
Por obra de mi palabra muere Cristo
Y sus asesinos se dilapidan
Cubriendo reinos de Abismo
Donde gobierna mi cetro
Sangre, sangre y herrumbrosa demencia
Las armas con que domino
A los hombres toda conciencia
Apareciendo en onírica sucúbica
Despedazando al infante...
¿Conoceré yo castigo?
De ello me río.
Ni Dios me amedrente
En el poema que nos ha aportado David vemos un texto muy breve, pero muy sólido en recursos para salvar la dificultad formal (que por cierto se ha aplicado de forma rigurosa) y aún así articular el mensaje. El pecado que trata es la pereza y el resultado es conclusivo y definitorio. La forma elegida ha sido la décima.
A despecho de mi párroco
me gusta perder el tiempo;
o a veces me pide el cuerpo
descansar del mundo arduo
a la sombra de un buen árbol.
Pero es mi actitud infértil
de los pecados el cénit
según concluyen y dictan
los expertos en la Biblia,
los maestros de la exégesis.
La siguiente propuesta sigue la forma de soneto clásico y se centra en la lascivia como pecado capital elegido. Se usan versos alejandrinos con acentos en tercera y sexta. En general se mantiene el contenido de forma sólida a pesar de la traba y dentro del esquema tradicional se usa exactamente una palabra fénix al final de cada verso.
SONETO-FÉNIX DE LA LASCIVIA
La lascivia se prende como el fuego de un fénix
que renace entre dos construcciones de mármol
que se eleva y se abre como el tronco de un árbol
de raíz cavernosa, y de tuétano eréctil
ignorado y ausente lo superfluo y lo téxtil
de los cuerpos resbala un sudor dulce y agrio
una Fata Morgana, sobre un Fuego Fatuo
como un trono de llamas que se asienta en la pelvis
te alimentas del néctar de los prístinos nísperos
como soles dorados que guardan las ingles
te atragantas entre gritos de heroicos epítetos
y en las sábanas blancas se oyen cantos de cisne
y te mueres un poco y carnalmente íntegro
volverás a nacer, en cenizas insignes
La aportación de Ginés pasa por un romance donde las rimas pares son palabras fénix. La dificultad de su aportación consiste en ser capaz de encontrar rimas para 8 palabras fénix diferentes (no creo que hubieran muchas más), que además son esdrújulas (asonantadas en -I-EO-) El contenido también ha sido original por no centrarse en un pecado capital concreto y divagar entre la lujuria y la gula sin decantarse por ninguna de ellas.
En los días en las noches
me apela con su rayo ígneo
de racimo de cereza
de naranjas como nísperos.
Con su dulce zumo cítrico
mis ojos se tornan vítreos
y mis papilas titilan
al vencerse mis poplíteos.
Mi alma no encuentra alimento
en este desierto níveo.
¿Quién pudiera degustar
a Venus con su cuerpo íntegro?
La opulencia en mi saliva
daña este corazón mísero
insaciable por la boca.
¿Lujuria o Gula? ¡Epíteto!
La última aportación, cortesía de Victor Anza, consiste en una serie de tercetos que cierran el artículo de forma humorística e irónica a modo de contrapunto a David R. Valeiras bromeando con la dificultad del reto formal, pero a la vez, (de ahí la ironía) acabando el poema satisfactoriamente. Un muy buen texto para cerrar este reto, lo que por otra parte le da una carga metapoética tratándose de un tema que habla sobre la propia forma con que se escribe.
No es que resulte difícil.
Es que aun echándole tiempo
con esto me siento imbécil
El mal vestido de incógnito:
David, con su juego, mísero
me ha desajustado el tránsito
Te deseo, más que cárcel,
mardisión para ese cuerpo
y disfunción de ese esfínter.
Que te de gritos la pelvis
y suplique tu recto ígneo
perdón por “lo de las fénix”
martes, 8 de marzo de 2022
Apuntes para una reinvención de la métrica: palabras fénix y rimas potenciales de una palabra
El ave fénix es un ser mitológico que según cuenta la leyenda cuando muere envuelto en sus llamas es capaz de resurgir de sus propias cenizas. ¿Qué es entonces una palabra fénix? Pues una palabra que solo rima de forma consonante con sigo misma, y por tanto, para la que no existen rimas consonantes posibles. Fue Martín de Riquer quien acuñó el término que define este fenómeno, aunque si lo pensamos fríamente, parece algo contradictorio llamar fénix a una palabra cuyo final no puede renacer en otro verso.
Ampliando este concepto según sus consecuencias lógicas podemos pensar en la capacidad de rimado como una propiedad de la palabra en cuestión. Desde este punto de vista, si el hecho de tener cero rimas resulta en una aspecto que define las características formales, ¿no debería ser, por ejemplo, tener una sola rima, otro de los aspectos que definen sus características formales según este parámetro? ¿y no debería ser, tener dos, tres o cuatro rimas en potencia, otra de estas características? De hecho si tenemos en cuenta estos agrupamientos resultaría que todo el léxico de la lengua española podría clasificarse según el número de palabras con las que rima. Desde las palabras fénix, hasta una rima hipotética para la cual habría más posibilidades que con ninguna otra, pudiéndose así mismo, calcular los porcentajes para cada una de ellas.
Desconozco si para la lengua española o alguna otra se ha hecho algún estudio de este tipo, lo que sin duda sería de gran interés para la poética aplicada. Lo curioso de esto es que podemos ir aún más allá. Si aplicamos este método de clasificación de léxico a otras lenguas y comparamos los resultados entre sí, veríamos que algunas de ellas tienen altos porcentajes en los grupos de palabras con una o dos rimas potenciales, mientras que otras tendrían porcentajes más altos en la zona cercana a las palabras con rima potencial máxima. De hecho cada idioma tendría una rima potencial máxima concreta, o incluso varias si el número de dos de ellas coinciden. Según estos parámetros podría definirse la "rimabilidad" de una lengua según su tendencia a acumular más léxico en zonas con más rimas potenciales, aunque, por supuesto los resultados no tienen por qué ser homogéneos y cada lengua, según sus propias particularidades tendría porcentajes más altos en según qué zonas.
Más allá de estas cuestiones ¿Qué puede aportarnos en la creación poética y en las consideraciones métricas el uso de palabras fénix o tener en cuenta las rimas potenciales?
Una de las de las aportaciones tiene que ver con el control mismo de los procesos de rimado y la técnica de este, inconscientemente muchos escritores saben elegir las rimas que aporten más opciones a la hora de establecer consonancias y estas, por supuesto, serían palabras buen número de rimas potenciales. En la otra cara de la moneda tenemos las palabras que los escritores saben que deben evitar, aquellas que por la sonoridad y la experiencia infructuosa acumulada se sienten como difíciles de rimar y que serían aquellas con rimas potenciales muy poco numerosas, hasta llegar a las "inrimables" palabras fénix. Lo curioso es que una tercera vía sería usar rimas difíciles adrede para así obtener la sonoridad atípica que se genera en una pausa versal que no estamos a oír. También sería muy interesante ver qué tipo de poema queda después de pasar, durante el proceso de escritura, por la traba que supone encontrar rimas para estas palabras.
Cabe recordar que las palabras fénix SÍ pueden rimarse de forma asonante, aunque el reto, en ese caso es lo limitado de este tipo de palabras (de eso tratará nuestra próxima consigna)
Por último os dejo la lista de palabras fénix que hemos ido elaborando por iniciativa de David Valeiras, aunque hay muchísimas más de las que estas son solo un ejemplo:
Agrio
Águila
Ántrax
Árbol
Arduo
Aunque
Azufaifo
Biblia
Botox
Bou
Cactus
Cadmio
Cáliz
Camedris
Cáñamo
Carácter
Cárcel
Céfiro
Cénit
Ciclópeo
Cisne
Condor
Cogito
Compra
Cósmico
Cuerpo
Cursi
Décimo/a
Derbi
Designio
Diezmo
Difícil
Dócil
Epíteto
Epítome
Eréctil
Esfinter
Estéril
Exégesis
Fénix
Fértil
Ganglio
Garfio
Ígneo
Imbécil
Impertérrito
Incógnito
Índice
Íntegro
Ínterin
Jínjol
Kéfir
kármico
Mármol
Melifluo/a
Mísero
Nácar (Krahe la rima con Mojácar)
Naipe
Neutro
Níquel
Níspero
Ónix
Pámpano
Párroco
Pelícano
Pelvis
Perenne
Pértiga
Prístino/a
Quepis
Sátiro
Sátrapa
Sepia
Siempre
Tantra
Tenis
Textil
Tiempo
Torpe
Tránsito
Travesti
Tundra
Venus
Vulva
lunes, 28 de febrero de 2022
Poemas con excusa: Reordenación de versos
En el presente posteo vamos a proponer una cuestión: ¿Se puede reescribir un poema solamente cambiando el orden de los versos? Este planteamiento es lúdico, es eficaz y nos permite establecer cuales son los límites mismos de la autoría. Esta propuesta apunta a una recepción del texto desde la perspectiva del lector-creador, la democratización del hecho literario y la desacralización del texto clásico a la vez que afirma su uso y vigencia. Todo esto es muy oulipiano en sus presupuestos y sin duda ofrece un amplísimo campo de experimentación y de reflexión del cual no hemos querido quedarnos fuera.
Hoy participan en las aportaciones por orden de aparición Oscar Steimberg y quien les escribe y los textos modificados son, respectivamente, el soneto de Quevedo amor constante más allá de la muerte y quiero una casa edificar, de Valle-Inclán
Empecemos con el de Steimberg: La elección de un texto de este estilo parece una elección en absoluto arbitraria si se tiene en cuenta que figuras tan recurrentes en el poema como el hipérbaton permiten el intercambio de versos y que se mantenga el estilo barroco de su original. No solo se han intercambiado versos, hacia el final del poema, se reescriben algunos de ellos para alcanzar la reconfiguración del sentido que nos lleva a un contenido nuevo. Formalmente hemos pasado de un soneto clásico en su forma, a una de las variantes en las cuales los tercetos se intercalan con los cuartetos. El contenido es sin duda la modificación más interesante ya que partiendo de una temática idealista amorosa del original "polvo enamorado" parece trasladar el sentido transvitalista del poema al plano metaliterario "un verso ausente seguirá en espera".
Cerrar podrá mis ojos la postrera
alma a quien todo un Dios prisión ha sido:
medulas que han gloriosamente ardido
perderán el respeto a ley severa,
y no desotra parte en la ribera
nadar sabrá mi llama la agua fría;
Sombra que me llevare el blanco día
-hora a su afán ansioso lisonjera-
perderá la memoria en donde ardía:
no podrá desatar esa alma mía
las lisonjas y afanes que supiera;
buscará inútilmente en su costado
las lisonjillas de un mirar cuidado;
un verso ausente seguirá en espera.
En la siguiente aportación, se ha seguido un modo de mezclar los versos en el cual todo verso impar queda en su posición normal, mientras que los versos pares son intercambiados: el último con el primero, el segundo con el penúltimo y el tercero con el antepenúltimo, etc. Léxicamente, se ha cambiado la palabra "casa" por la palabra "nada" y los campos léxicos relacionados con la piedra se han cambiado por otros relacionados con el aire. Este crea un giro en los conceptos que transforma de manera sistemática el sentido del texto, y subvierte el carácter estable y solido del hogar por el desprendimiento del vacío, sin que por ello cambie en gran manera la expresión del original. Este ha sido el resultado:
Quiero una nada edificar
mi nada, Karma de mi clan,
quiero en aire mi alma dejar
sobre el viento de Valle-Inclán.
Quiero soplar mi eremitorio
murada en alas de Barbanza,
latín horaciano y grimorio
de templanza.
Quiero mi honesta varonía
con una solana al oriente,
renovar en la vara mía
devotamente
Mi nada como una pirámide
ha de ser humo funerario,
el tumor que mueve mi clámide
es de Terciario.
Quiero hacer mi nada aldeana
transmitir al hijo y al nieto,
y meditar en la solana
el respeto
Quiero hacer una nada estoica
en medio de un cénit latino,
la Nada de Séneca, heroica
bizantino.
Y sean sopladas sus alas
como el sentido de mi vida
y las decore un día Palas
erigida
sábado, 12 de febrero de 2022
Poemas con excusa: Versos quebrados del tiempo
Volvemos con la sección de poemas con excusa. Nuestras excusas esta vez han sido escribir en versos de pie quebrado por un lado y por otra hablar del tiempo. Sin duda una mezcla interesante y que se ha prestado a muy buenas aportaciones. Hoy participarán Ginés Solaeche, Víctor Atikof, un servidor y por primera vez en el blog a David R. Valeiras.
Ginés ha aportado un interesantísimo texto donde la imagen del tiempo esta cargada de humanidad y sentimiento vitalista y donde nos propone, en un tono de lirismo e intensidad expresiva una solución al sentimiento del paso del tiempo que pasa por vivir de acuerdo a nuestra naturaleza en condición pura y sincera. Se plantea un marco, ya que estas palabras son, ficcionalmente, las de un poeta difunto que se sitúa entre el escritor y el lector. Ha usado el esquema de rimas manriqueño cambiando los octosílabos por alejandrinos y los tetrasílabos por heptasílabos. De esta forma, al igual que en el caso de Manrique, se cumple que para el verso quebrado, el número de sílabas siga siendo la mitad, algo de plena justificación a la hora de establecer su propia versión de esta forma métrica.