El teclado excéntrico
Ben Yehudas del soneto, versificación lúdica, poesía expatriada y todo por el estilo. Surfeando el caos con Epicuro.
lunes, 13 de febrero de 2023
Poemas con excusa: Versos térmicos
miércoles, 14 de diciembre de 2022
Poemas con excusa: poemas aliterativos de animales
Volvemos una vez más con la sección, y sí, el título del post explica las aportaciones de los participantes por sí mismo: esta vez teníamos que crear versos aliterativos (seleccionando la consonante que cada cual quisiera) para describir o hablar de un animal en concreto (el que cada cual quisiera)
Participan hoy Victor Atikof, Un Servidor, Aragón Mafra y Mora d'Esbarzer por orden de aportación.
El poema de Victor, que no tiene título habla de la foca y se basa en la consonante f . Quien haya seguido sus libros sabrá que "la foquita" es algo así así como una firma o leitmotiv que incluye en muchos de sus libros, dibujada a boli o a ordenador y representando diferentes papeles o escenas.
La serpiente
La suave serpiente silente y sonora
Extiende su aséptica y gris silueta
Sembrada de sueños extraños que afloran
Desde sus escépticas sienes de asceta
Su son sinuoso es de sombra y revés,
Su síntesis es solipsista y secreta:
es saber que no se, mas saber que se es
Mafra por su parte utiliza dos sonidos combinados dentro de un mismo poema aliterativo, la g y la j, algo tremendamente acertado, pues ambas consonantes se usan en español para imitar el rugido de los felinos, y más curioso aún resulta que la palabra jaguar contenga a ambos dentro de sí. El texto nos habla de cómo el animal mata sin siquiera ser visto, todo ello en clave de imágenes poéticas constantes que juegan con la lógica de los significados. Entronca con la temática y el acervo precolombino tantas otras veces cultivado por el autor, pues en la civilización maya el jaguar era considerado un psicopompo y sus sumos sacerdotes vestían pieles de jaguar durante los rituales. Otra de las cosas interesantes es que adrede, en ningún momento se nombra al animal en el título, produciendo a través de la elipsis un sentido mucho más intenso sobre aquello que se trata de describir.
La sombra invisible
Surge su giro en un jadeo vago
su rugido silencioso de gota en gota,
su ajada significación del humo en el reflejo.
Garra, colmillo, mágico grito de selva,
el jaguar se esconde en un ojo ingenuo
rasgando por dentro las ganas de mirarlo
estruja la gruta sombra de lo salvaje
que grita lejos adentro el misterio del crujido
la rama grave cuando fragua sus arrojos
y bajo el traje de su noche grávida
con su negra franja fragua su juramento:
ignorar y dar la espalda deja exangüe
desparpajar, alzar la sangre consigue
despejar la sombra de puro juntarla
para tragarla en el juego de los espejos.
Por último, tenemos la aportación por primera vez en el blog de Mora d'Esbarzer, en la cual utiliza la l como consonante para la aliteración y el lobo como animal temático, más concretamente la loba, pues es un matiz que no se debe pasar por alto. Si antes hemos dicho que en jaguar se asocia a la muerte lo mismo ocurre con la loba y el resto de cánidos en muchas culturas. En base a esta asociación se describe y se asocia con la muerte encarnando en sí misma la pérdida de la vida. El poema es autoconclusivo, pues cierra el último verso con la parada de su corazón. Lo interesante de este poema es que sus once versos describen y condensan un único aullido, el último hasta quedar sin aliento con una consonante escogida muy acertadamente para imitar el aullido, por ser la única consonante sonora, no vibrante ni oclusiva.
A una lúgubre Luna
Aúlla la vieja loba
Alejada y sola
Tan lánguida ya
Que hasta le es lastre
su liviana cola
Lentamente llace
Y aún se lame en balde
Hasta el último alivio
Sin aliento y sin luz
Su corazón ya no late
sábado, 3 de diciembre de 2022
Apuntes para una reinvención de la métrica: Verso aliterativo
- representar el sonido de aquello que el texto está referenciando como en el caso de Garcilaso de la Vega y el zumbido de las abejas,
como en el ejemplo para representar el sonido de un abanico al cortar el aire utilizando dos sonidos diferentes l y b como en el caso de Rubén Darío:
- O de forma no referencial, simplemente encontrar un sonido y repetirlo con fines simplemente expresivos, como en el caso de Miguel Hernández:
o en estos versos finales de Jaime Siles:
por tu boca, una voz de sustantivos,
de finales, fugaces, fugitivos
fuegos fundidos en tu piel fundada.
- Como la práctica totalidad de la poesía épica medieval está estructurada en forma de dos hemistiquios con cesura
- En el primer hemistiquio siempre deben haber como mínimo dos sílabas con las consonantes que se repiten
- En el segundo hemistiquio se debe repetir como mínimo una vez la consonante elegida.
- No rima
- El cambio de consonante es arbitrario y lo hará el escritor según su conveniencia creativa
AL CICLO DEL AGUA
explotan gotas, exaltan, saltan
extasían guían, bendicen, dicen
éxodo hidráulico y agua que santa
se escancie excelsa y nos armonice
***
Brotan traslúcidas crines del agua
Brochas azules cargadas de sal
Brocas de viento taladran la fragua
bronce salado del ojo de Adán
traen, diseminan, recogen y esparcen
tragan, expulsan, transportan sin más
traban la tierra de cárcel de carne
tras la tensión transgresora del mar
hierve el caldero de mística celta
hiere Cernunos con fuego de sauco
hierro relleno de hierba y espelta
hiel de beleño y vapor entreglauco
blanco el vapor cuando blanca es la sombra
blanda molicie que asciende directa
blasfema y quema, deshonra y se cobra
blande y esgrime si tienta o si inyecta
luego disueltos los bustos en vueltas
luego las vueltas disueltas en nada
luchan y nubes resuelven envueltas
lucen y lamen sus líquidas alas
rayo rugiente que ronco y ruidoso
rasga la tela raída del mar
rata que roe de unos húmedos ojos
rabia rojiza de su lacrimal
gota de sol que galopa irisada
golpe de vida entre giro y raudal
grito de guerra y en yegua perlada
gónada gris, guillotina vital
baja silbando la vida encrespada
baile en caída y caída de amor
van kamikazes y van camaradas
bala que abate la sed del calor
***
explotan gotas, exaltan, saltan
extasían guían, bendicen, dicen
éxodo hidráulico y agua que santa
se escancie excelsa y nos armonice
sábado, 12 de noviembre de 2022
Poemas con excusa: léxico árabe
Después de la entrada anterior sobre el concepto de saturación léxica y algunas consideraciones al respecto vamos ahora con las aportaciones al respecto. Dentro de las posibilidades que ofrece esto hemos decidido escribir poemas con palabras en español procedentes de la lengua árabe por el grado de lirismo y sonoridad que podián transmitir. Esta vez participan por orden de aportación Un Servidor, Ginés Solaeche y Victor Atikof.
En el primer poema la restricción formal de usar léxico árabe se suma a una segunda, utilizar léxico culinario, así es como se plantea un texto cuyo contenido está organizado en la forma de soneto y para el cual los dos primeros cuartetos son los platos principales mediante los cuales se sugiere una atmósfera oriental y costumbrista. Ya en los tercetos (el postre) el tema culinario pierde concreción hacia otro tipo de deleites vitales para cerrar con un último verso bastante epicúreo en su planteamiento que resume y cierra el poema "sentir placer y amor, vivir y amar"
La alcoba, la cocina el azafrán
Acelgas, albahaca y aceitunas
Miel, albaricoques, uvas, prunas
Miel de caña, almendras, higos, pan
Cúrcuma, molienda, sal, rin-rán
Savia del argán, agua moruna
Fruto de chumberas sobre dunas
Pétalos con carne de faisán
Y luego
Te verde y hierba buena, azucar, menta
Vapores de shisha, labios, lunar
Azul transparencia de túnica tienta
Jazmín, adelfa, esencia de azahar
Sobre la piel desnuda que alimenta
Sentir placer y amor, vivir y amar
Ginés ha recurrido a un abanico léxico mucho más amplio. Tras decantarse por la temática amorosa, utiliza todas las palabras de origen árabe al servicio de la creación de imágenes, imágenes que resultan muy potentes y sugerentes en muchos casos gracias a la naturaleza y connotaciones de este tipo de léxico, "inflama la savia de mi corazón caoba", así como rotaciones sintácticas que parecen recordarnos a la poesía hernandiana "se ensanchas los corazones y el amor se ensancha"
Apenas he probado el azúcar de tu esencia
y ya siento el azafrán caliente de tus venas.
Apenas tu alquimia en mis labios de impaciencia
y ya sonríen en mi aljibe tus azucenas.
Te tumbas como una delicada golondrina
que conoce el álgebra suntuosa de la alcoba
y tu aroma exquisito de azahar de vitrina
inflama la savia de mi corazón caoba.
Rezuma mi piel cúrcuma con tu aliento almíbar.
Tiemblo con el marfil de tus verbos en mi almohada
donde el alacrán alcanza el nácar de vainilla,
donde tus alondras vuelan con mis alas blancas.
¡Toda tú! Eres como un jardín exuberante,
tu pelo de albahaca, tus besos de naranja.
Eres como ese sutil paisaje de algodón suave,
como un arrecife de coral, como una playa.
Se extiende la alfombra de mis olas en tu arena,
un siroco de caracolas, una avalancha.
Se llenan tus anémonas, de placer se llenan,
se ensanchas los corazones y el amor se ensancha.
Los jilgueros desde tu zaguán a mi azotea
tararean como embrujados por nuestros trinos
y yo soy ese tigre ámbar y tú esa gacela
y el elixir se palpa en tus senos matutinos.
Y por último tenemos la aportación de Víctor, en ella se propone crear imágenes irracionales dejándose llevar por la limitación léxica. Esto hace que el texto se aleje bastante de los ejemplos anteriores (o quizá no...) y le de la frescura que supone el desprendimiento de una temática concreta. Esto hace que el interés recaiga al cien por cien en la imagen ¿Cómo pueden dos acequias jugar al ajedrez? ¿Cómo pueden un albatros y una gacela buscar alfileres en la alfombra de una orgía de alacranes? Formalmente tiene una sintaxis minimalista que llega a recordar al haiku y a la poesía de Asia oriental
En la voz de la algarabía
dos acequias juegan al ajedrez
La taza marfil, con jarra de azufre
tambor de azúcar y azucena
cifra ámbar, laúd en noria
En harén de alacranes
la gacela y el albatros
ojalá quiten los alfileres de la alfombra
martes, 8 de noviembre de 2022
Apuntes para una reinvención de la métrica: saturación léxica
Retomamos la sección después de la pausa que nos ha dejado el verano y volvemos con una restricción algo más soft, más comedida para ir encendiendo motores, pero no por ello carente de interés ni de efectismo. Al hablar la aportación estuvimos barajando diferentes retos, y uno de ellos que nunca habíamos trabajado era el de la "saturación léxica" (así lo llamo yo porque es algo que no he visto nombrado de otra manera) que básicamente consiste en coger un texto y llenarlo de palabras con un determinado rasgo léxico o lingüístico. En la tradición esto se ha realizado de manera fortuita. Una de las posibles razones era por las exigencias del contenido, por ejemplo en este poema el peruano Santos Chocano satura el texto con léxico perteneciente al campo semántico de las frutas, aunque en un sentido más profundo lo que hace en realidad es pintarnos el bodegón de un frutero mediante palabras. Otro de los ejemplos de saturación léxica es el uso excesivo de cultismos tanto por culteranistas como por modernistas como vemos en el Responso a Verlaine de Rubén Darío, entre otros casos.
Los ejemplos de textos poéticos hechos por y para la saturación léxica son mucho más difíciles de encontrar. Uno de los más recientes que he podido encontrar para mi sorpresa es la canción/poema pueblos de TéCanela. Donde se cuenta una historia usando, uno por uno, los nombres más extraños y graciosos de la geografía española.
La dificultad de este tipo de ejercicios va a depender tanto abanico léxico que queramos incorporar como del léxico disponible y el tema tratado. La selección de estos dos ejes es crucial no solo para poder resolver el ejercicio, sino también para que, una vez resuelto, el resultado sea satisfactorio o como mínimo legible. En la canción de TéCanela, por ejemplo, se ve muy claramente: por un lado, el tema tratado es encontrar a la chica que el cantante busca y, por otro lado el léxico a explotar sería, los pueblos de España, por lo que se cierra a la perfección el diálogo entre fondo y forma. En el caso del poema de Santos Chocano el tema a tratar es un frutero y el léxico es de frutas (por eso he dicho antes que se solía dar de forma fortuita).
A partir de estos parámetros la selección y el tema pueden ser casi infinitos: palabras de origen francés, árabe o inglés, nombres de plantas, usar incluso complejos lenguajes de especialidad.
Si conocéis algún ejemplo más de saturación léxica me los podéis hacer llegar y los incluiré en el post con vuestro crédito.
miércoles, 15 de junio de 2022
Poemas con excusa: Triolets antibelicistas
Saludos amigos, volvemos con nuestra sección de aportaciones. Como algunos sabréis, ya estuvimos hablando durante el último posteo teórico sobre las estrofas medievales francesas con estribillo, pues bien, a colación de aquel post hemos decidido (gracias a Ginés Solaeche) que el reto fuera escribir un triolet que hablara de la guerra. Con respecto a la elección de la temática creemos que sobran las explicaciones, pues no deja de ser pura actualidad.
En esta sección vamos a tener las aportaciones de Vctor Atikof, Aragón Mafra, y Un
Servidor. Empezamos por la de Víctor por orden de aportación. Se trata de un texto que utiliza el amor como contraposición directa al odio belicista. En él la sangre sobre la flor representa manchar el símbolo de unión entre dos seres humanos con la muerte que provoca el odio, y consecuentemente, también nos habla de la soledad y el aislamiento de la amante que queda viva, como estrago y herida abierta del conflicto armado. Formalmente alarga el triolet en dos cuartetos y en el cuarteto final inventa un nuevo esquema de repeticiones donde van rotando las palabras "sangre", "flor" y "mirada" como elementos centrales centrales que cierran de forma muy rítmica todo el contenido.
Si mi sangre derramada
derramó sobre la flor
Llevadla a la enamorada
Sí, mi sangre derramada...
Que sabréis en su mirada
de lo frágil del amor...
Si mi sangre derramada
derramó sobre la flor
Si mi sangre derramada
derramó sobre la flor
y la flor en su mirada
de lo frágil del amor...
¡Oh mirada! ¡Oh, mi flor!
¡Sangre y sangre derramada!
¡Sangre y sangre enamorada
... sangre y sangre,
sangre y flor!
El poema de Un Servidor utiliza un lenguaje fatalista y crudo donde los elementos simbólicos centrales son: para los primeros cuartetos "el renacimiento de la muerte" como si el fin la vida fuese algo que vuelve y vuelve con cada soldado caído; y el silencio en los dos últimos cuartetos para dar expresión del vacío que se produce tras cada una de esas muertes a un nivel casi absurdo. Formalmente son dos triolets unidos por la misma rima y con tema común para que el poema quedara más largo.
Renace la muerte en cada
punto a parte y parte vida,
a veces, ascua mojada,
renace la muerte en cada
silenciosa despedida,
despedida silenciada.
Renace la muerte en cada
punto a parte y parte vida
y a veces no queda nada
tras el paso del silencio.
A veces, tierra quemada
y a veces, no queda nada
Por más que una llamarada
provoque lo que sentencio:
"a veces no queda nada
tras el paso del silencio"
La segunda aportación consiste en un triolet donde cada vez que un verso se repite este es un calambur de su homónimo. Simbólicamente se centra en la bala como eje de la temática bélica y más allá del calambur, la estructura es de triolet clásico y corriente.
Acá también salen heridas.
Te vendes de tarde. Las balas,
que afilan, desfilan y anidan
acatan bien, sal en heridas
que secan, que queman la vida.
Enjambre de plomos con alas,
acatan bien, salen heridas.
Te ven desde tarde la balas.
La siguiente aportación fue Aragón mafra, en ella lanza el tono de la temática bélica hacia la figura de Dios con un resultado finamente retórico y que nos lleva a pensar en el porqué de las circunstancias y el dolor. En últimos dos cuartetos parece establecer una relación entre guerra y materialismo con el estribillo "se alaba entre las monedas". Formalmente recurre a una composición de dos triolets unidos para dotar de mayor longitud y contenido al texto y sin duda lo más interesante es cómo en algunos estribillos recurre a un calambur y una homofonía discretamente dispuestos que cambian por completo el sentido de las frases y le dan otros niveles de interpretación. "de DIOSES también la guerra", "del mundo en Él que murió"
Si todo es cosa de Dios
de Dios es también la guerra
del mundo en el que murió
si todo es cosa de Dios
¡Mas no! No muere el creador
se alaba entre las monedas
si todo es cosa de Dios
de dioses también la guerra
Del mundo en el que murió
se alaba entre las monedas
si en vano está La Pasión
del mundo en el que murió.
Errátil va la creación
librada de sus cadenas
del mundo en Él que murió
se alaba entre las monedas.
Por último nos presenta un triolet más corto con una interesante innovación: la primera estrofa es un quinteto en el cual el primer verso no forma parte del estribillo, por lo que la sensación de reiteración queda mucho más suavizada y pulida a la vez que el estribillo es semánticamente dependiente de una frase de mayor longitud restándole peso. También puede interpretarse como que el título del poema sirve a la vez de primer verso que lo completa al leerse (o no leerse), una opción que en ningún caso le quita interés. El contenido gira en torno al oxímoron "plenitud llena de huecos", algo que pudiera retrotraernos a la tradición zen o a la ascética occidental donde tanto el ayuno como el vacío son uno de los principales caminos que llevan a la plenitud del espíritu.
Ruego al Dios del hambre
Mi plenitud llena de huecos
para que beba mi vacío
y se emborrache de mis rezos
mi plenitud llena de huecos
haciendo vivo de lo muerto
y tenga cauce de tu río
mi plenitud llena de huecos
para que beba mi vacío.
jueves, 12 de mayo de 2022
Poemas con excusa: Mash-up poético
De la serie "Covers de clásicos variopintos"
sábado, 30 de abril de 2022
Estrofas en peligro de extinción III: el triolet, rondel y la poesía francesa medieval con estribillos.
Dentro de las diferentes formas poéticas que hoy predominan es muy extraño encontrar uso de estribillos. Da la impresión de que, en la medida en que la poesía y la letrística de canciones musicales se iban separando para reclamar espacios propios (a partir del siglo XV), cada una seleccionó y potenció ciertos rasgos en esa especie de camino hacia la especialización. Es por eso que no es en absoluto de extrañar haber llegado a un estado en el cual, no solo la repetición de versos, sino la rítmica misma y el compás hayan podido desaparecer, o como mínimo haber retrocedido hasta quedarse muy por detrás de las formas anisosilábicas.
El uso de estribillos fue muy común durante toda la edad media como ya vimos en otros ejemplos como el del zéjel. Se dio especialmente en la poesía de carácter breve y más lírico como el villancico y la letrilla donde la narratividad es menos acusada, aquella poesía que nació de la mano de la música y los instrumentos. No lo encontramos en formas versales como el romance y las poemas épicos, o al menos, es menos frecuente y no forma parte de la estructura de los mismos.
El rondel fue una de las primeras de estas manifestaciones y constaba de trece versos octosílabos en la siguiente distribución de tres estrofas:
a'-b'-a-b a-b-a'-b' a-b-a-b-(b'/a')
Le temps a laissié son manteau
De vent, de froidure et de pluye
Et s’est vestu de brouderie
De soleil luyant, cler et beau
Il n’y a beste, ne oyseau
Qu’en son jargon ne chant ou crie:
Le temps a laissié son manteau
De vent, de froidure et de pluye.
Riviere, fontaine et ruisseau
Portent, en livrée jolie,
Gouttes d’argent et d’orfaverie,
Chascun s’abille de nouveau.
Le temps a laissié son manteau.
Algo bastante característico es que para un tipo de versificación consonante con una longitud de trece versos solo se usen dos rimas, pero si observamos con más atención, vemos que la dificultad no es tal, pues muchas de ellas se repiten en los estribillos (letras marcadas con ' ). Aun siendo una forma medieval recibió un particular renacimiento por parte de los poetas simbolistas del XIX, como Tristan Corbiere, Mallarmé o Theodore de Banville introduciendo variaciones y cierta experimentación comedida. Análogamente en el ámbito hispánico fue Medardo Angel Silva como buen escritor finisecular, quien hizo interesantes variaciones, tomando un soneto de trece versos y, en lugar de repetir los versos para crear estribillos repetir solo la palabra final.
Bailas: grácil y fino, sobre la alfombra,
tu cuerpo adolescente rápido rueda;
y el alma siente anhelos de ser tu sombra
para morir besando tu pie de seda.
Lo rojo de tu veste la muerte incita
y el beso que en tus labios suspenso queda
roba el aire oloroso que fresco agita
tu cabello ondulante de nardo y seda...
Mi espíritu doliente sigue los trazos
de tu planta que un albo lirio remeda
tus mejillas enciende sus rojos rasos
y el corazón quisiera ser mil pedazos
para que lo triture tu pie de seda!
El triolet es una forma estrechamente relacionada con el rondeau , el rondel y el rondelet , otras formas que se basan en la repetición y la rima. Parece haber tenido su origen en la zona Picardía . Los primeros ejemplos escritos son de finales del siglo XIII. Su estructura más común consiste en lo siguiente:
a'-b'-b-a' a-b-a'-b'
Al igual que las formas anteriores se solía dar en octosílabo, ya que parece una evolución misma de estas. Dentro de las formas medievales con estribillos, el triolet ha sido la forma con más representación fuera de su contexto de origen. Entre todas ellas, la relativa supervivencia del triolet probablemente se deba a que la repetición de versos es mucho más marcada que en el rondel o el rondeau, de forma que los versos que se repiten, más que suponer un estribillo o un elemento que refuerza la musicalidad, supondrían la base misma y la estructura del poema, pues vemos que, para ocho versos, cinco de ellos son repetidos. Esto es algo tremendamente disrruptivo en cuanto a estructuración formal, pues nos aleja del resto de formas en sus fundamentos mismos. A este hecho hay que sumarle la brevedad, tan solo ocho versos de arte menor, algo que compositivamente lo sitúa, salvando las distancias, en la línea de formas breves de carácter minimalistas como el haiku tan populares en los últimos cincuenta años. Aquí un ejemplo de Manuel González Prada, seguramente el más conocido en lengua española:
Algo me dicen tus ojos;
Más lo que dicen no sé.
Entre misterio y sonrojos,
Algo me dicen tus ojos.
¿Vibran desdenes y enojos,
O hablan de amor y de fe?
Algo me dicen tus ojos;
Más lo que dicen no sé.
Si bien estos son dos ejemplos de la lírica medieval francesa con estribillo la lista de formas es interminable y ha sido un recurso muy poco explotado en lengua española por habernos centrado excesivamente en nuestra propia tradición. Entre las restantes encontraríamos el rondeau, el virelai, el lai, el árbol bifurcado. No vamos a entrar en estos porque son básicamente variaciones unos de otros con diferentes esquemas de repetición, pero más abajo dejaré una serie de tablas con las diferencias entre ellos. Todo esta tema podría hacerse incluso más complejo si tenemos en cuenta que dentro de cada uno había variaciones o autores que introducían cambios en los mismos, pero como siempre decimos en este blog todo lo que se ofrece aquí son herramientas que vosotros mismos podéis usar, hacer y deshacer a vuestro antojo así que no dejéis de improvisar con el material base que se ofrece.
domingo, 13 de marzo de 2022
Poemas con excusa: asonantando al fénix
En esta entrega nos hemos propuesto escribir un poema rimando palabras fénix, entre sí, y os preguntareis ¿Es esto posible? la respuesta es sí si las rimas asonantemente, además hicimos un posteo teórico muy interesante para explorar algunas de las facetas de este concepto. En cuanto a la temática elegida se trata de hablar de los pecados capitales, el que más o los que más le gustasen a nuestros participantes.
Participan en esta entrega por orden de aportación Victor Atikof, David R. Valeiras, quien escribe, Ginés Solaeche y por primera vez en el blog Víctor Anza.
La propuesta con la que vamos a empezar es quizás la más disruptiva ya que combina el uso de palabras fénix con verso libre y palabras que no lo son, esto no parece casual si vemos que el tema que ha elegido tratar es la soberbia. La soberbia parece un precepto para hablarnos de la caída del de lucifer, según las religión cristiana causa misma de los hechos. Formalmente empieza usando muchas palabras fénix con algunas otras que solo tienen una o dos rimas potenciales y termina acortando la longitud de los versos para cerrar el poema.
Ángel soy, Serafín ínclito
De belleza sin eclipse
Y por eso río y desafío invicto
Al propio Dios y su estirpe
Yo, Lucifer, por gracia de hermosa soberbia
Os traeré la mentira y expulsará el Cruel Demiurgo
A los desiertos y la ciénaga
Por obra de mi palabra muere Cristo
Y sus asesinos se dilapidan
Cubriendo reinos de Abismo
Donde gobierna mi cetro
Sangre, sangre y herrumbrosa demencia
Las armas con que domino
A los hombres toda conciencia
Apareciendo en onírica sucúbica
Despedazando al infante...
¿Conoceré yo castigo?
De ello me río.
Ni Dios me amedrente
En el poema que nos ha aportado David vemos un texto muy breve, pero muy sólido en recursos para salvar la dificultad formal (que por cierto se ha aplicado de forma rigurosa) y aún así articular el mensaje. El pecado que trata es la pereza y el resultado es conclusivo y definitorio. La forma elegida ha sido la décima.
A despecho de mi párroco
me gusta perder el tiempo;
o a veces me pide el cuerpo
descansar del mundo arduo
a la sombra de un buen árbol.
Pero es mi actitud infértil
de los pecados el cénit
según concluyen y dictan
los expertos en la Biblia,
los maestros de la exégesis.
La siguiente propuesta sigue la forma de soneto clásico y se centra en la lascivia como pecado capital elegido. Se usan versos alejandrinos con acentos en tercera y sexta. En general se mantiene el contenido de forma sólida a pesar de la traba y dentro del esquema tradicional se usa exactamente una palabra fénix al final de cada verso.
SONETO-FÉNIX DE LA LASCIVIA
La lascivia se prende como el fuego de un fénix
que renace entre dos construcciones de mármol
que se eleva y se abre como el tronco de un árbol
de raíz cavernosa, y de tuétano eréctil
ignorado y ausente lo superfluo y lo téxtil
de los cuerpos resbala un sudor dulce y agrio
una Fata Morgana, sobre un Fuego Fatuo
como un trono de llamas que se asienta en la pelvis
te alimentas del néctar de los prístinos nísperos
como soles dorados que guardan las ingles
te atragantas entre gritos de heroicos epítetos
y en las sábanas blancas se oyen cantos de cisne
y te mueres un poco y carnalmente íntegro
volverás a nacer, en cenizas insignes
La aportación de Ginés pasa por un romance donde las rimas pares son palabras fénix. La dificultad de su aportación consiste en ser capaz de encontrar rimas para 8 palabras fénix diferentes (no creo que hubieran muchas más), que además son esdrújulas (asonantadas en -I-EO-) El contenido también ha sido original por no centrarse en un pecado capital concreto y divagar entre la lujuria y la gula sin decantarse por ninguna de ellas.
En los días en las noches
me apela con su rayo ígneo
de racimo de cereza
de naranjas como nísperos.
Con su dulce zumo cítrico
mis ojos se tornan vítreos
y mis papilas titilan
al vencerse mis poplíteos.
Mi alma no encuentra alimento
en este desierto níveo.
¿Quién pudiera degustar
a Venus con su cuerpo íntegro?
La opulencia en mi saliva
daña este corazón mísero
insaciable por la boca.
¿Lujuria o Gula? ¡Epíteto!
La última aportación, cortesía de Victor Anza, consiste en una serie de tercetos que cierran el artículo de forma humorística e irónica a modo de contrapunto a David R. Valeiras bromeando con la dificultad del reto formal, pero a la vez, (de ahí la ironía) acabando el poema satisfactoriamente. Un muy buen texto para cerrar este reto, lo que por otra parte le da una carga metapoética tratándose de un tema que habla sobre la propia forma con que se escribe.
No es que resulte difícil.
Es que aun echándole tiempo
con esto me siento imbécil
El mal vestido de incógnito:
David, con su juego, mísero
me ha desajustado el tránsito
Te deseo, más que cárcel,
mardisión para ese cuerpo
y disfunción de ese esfínter.
Que te de gritos la pelvis
y suplique tu recto ígneo
perdón por “lo de las fénix”