viernes, 9 de octubre de 2009

10 razones para leer Don Juan, de Gonzalo Torrente Ballester


  1. Si no conoce al autor (caso probable de ser usted argentino), sólo por eso (ya me agradecerá luego).

  2. Si lo conoce por sus obras más realistas (caso probable de ser usted español), como la serie de novelas (luego serie de televisión) Los gozos y las sombras, para que se le vuele la peluca.

  3. Si ya leyó La Saga/Fuga de JB, no me haga perder el tiempo que ni razones necesita.

  4. Si ya leyó obras más cortas de Torrente Ballester, como Crónica del Rey Pasmado, para que se convenza de que lo de Torrente Ballester son las obras monstruosas y monumentales.

  5. Si le interesa a usted el mito de Don Juan, para que vea un tratamiento del tema difícilmente igualable, ya que el Don Juan de TB está tan a años luz del seductor impenitente de las obras de Tirso de Molina o Mozart como del arrepentido de Zorrilla. Efectivamente, este Don Juan es un anarquista kantiano que no acepta más reglas que las que él mismo se impone.

  6. Porque hay discusiones de teología entre diablos católicos y calvinistas.

  7. Porque hay espadeo y todo.

  8. Porque es una obra de cientos de páginas que se lee como si tuviera veinte.

  9. Y porque lo digo yo, caramba, de puro entusiasmado.

  10. ¡Eso!

10 comentarios:

Andrés el Viejo dijo...

Hace ya muchos años que soy lector impenitente de Torrente Ballester, así que el consejo llega tarde. Pero eso justamente me habilita para decir que es un muy buen consejo.
Saludos

Jose Barrita dijo...

El autos es una bomba atómica!!!!

Junto al gran Federico Dostoiesky, me parecen las plumas mas potentes y conmovedoras.

Saludos bandoneónicos

vodka dijo...

Los gozos y las sombras...! Me acuerdo de Charo Lopez (bellisima!) diciendo: No hay hombres impotentes sino mujeres que no saben hacer lo que deben. Y siempre llovia.

Ah, lo que Ud. dice que dice Torrentes Ballester de Don Juan tambien lo dice Lacan.

Antares dijo...

Qué buen chamuyo: "No sos vos, es que soy un anarquista kantiano".

Comandante Cansado dijo...

Buenas.

Andrés, José: la lectura de Torrente Ballester, otra cosa que compartimos. Pues qué bien.

Laotra: me interesa lo de Lacán; ¿dónde lo dice (soy un clásico, sólo leí a Freud)?

Antares: Jaaaaaaaa. Claro, deja tiempo para salir corriendo mientras la señorita decide con qué objeto contundente pegarnos.

El Sudaca Renegau dijo...

Qué lo parió!!! Me dan ganas de matar a la familia, solo para que no me interrumpan la lectura.
Heredé una biblioteca de literatura, que vino a engrosar la mía, más dedicada a la teoría social, sociología, filosofía. Muchos libros todavía no leí.
¡Encontré este que sugiere!, además de La muerte del Decano y los dos tomos de Los Gozos y las Sombras. Allí voy.
Gracias master. :)

Comandante Cansado dijo...

Ja, un placer.

El Sudaca Renegau dijo...

Primero tuve que remar. Ulanovsky dice que a los libros de da una chance: el precisa un número determinado de hojas, que no recuerdo, y si hasta ahí el libro no lo atrapó lo abandona. Yo ya iba por la página treinta... y remaba. Creo que por solidaridad con Usté. Y de pronto, me di cuenta que el libro me llevaba plácidamente a mi. Y ya me atrapó. Gracias Comandante!!!

Comandante Cansado dijo...

De nada, un gusto. Me da como cosa seguir comentando en este post, dos de quienes comentaron (Andrés y José Barrita de Bandoneón) ya fallecieron. En su momento me dije que tal vez debería cerrar los comentarios pero nunca lo hice, ya que eso implicaría cerrar los comentarios para todos los viejos.

A Torrente Ballester le debo, además de alegrías literarias, haberme permitido descubrir afinidades que iban más allá de lo político con algunos compañeros (y sigue pasando, como esta conversación prueba). No es poco.

El Sudaca Renegau dijo...

Mire Comandante, lejísimos estoy de querer entristecerlo, así que será el último comentario en esta entrada (pero no en su blog).
Déjeme decirle que escuché los saludos bandoneónicos de Barrita , y el propio Ballester, que dicen que partió en 1999, me estaba chamuyando hace cinco minutos de La Tabla Redonda. Y ambos me dieron alegría.
Le mando un abrazo