lunes, 1 de febrero de 2021

Valeria Correa Fiz: "Un buen poema desfamiliariza lo cotidiano"

 

Valeria Correa Fiz
(Foto: Stefania Mucci)

Continuando con la serie "Buena/ mala poesía: hablan les poetas", es Valeria Correa Fiz quien se presta esta vez al ejercicio. Sus respuestas construyen un acercamiento que tiene puntos en común con el de Eduardo Berti "la poesía como herramienta, decíamos aquí), pero por supuesto con un matiz particular. En efecto, la herramienta de Correa Fiz es un instrumento óptico -lupa, microscopio, telescopio, caleidoscopio, mirilla...- que permite ver lo común de otra manera. Pero no me crea: ¡vaya y compruébelo aquí abajo 

***

- ¿Qué es un buen poema?

- Un temblor; no importa lo acostumbrados que estemos a leer poesía: un buen poema nos coloca en un estado de excepción. Porque desfamiliariza lo cotidiano o privilegia un instante ínfimo; porque algo se resignifica, desenfoca, se vuelve ambiguo o adquiere otro espesor. Un buen poema siempre entusiasma, que etimológicamente quiere decir estar en posesión divina.

- ¿"Siempre entusiasma"? ¿No hay poemas que reconozcas como buenos y que  sin embargo no te interesen?

- Hay poemas que reconozco como buenos que me interesan menos que otros naturalmente pero un buen poema me interesa siempre, al menos desde un punto de vista didáctico, de lo que puedo aprender de él.  

- ¿Qué es un mal poema?

- Un mal poema es el que no asume ningún riesgo y repite lo que ya fue escrito (nombra algo ya nombrado en términos convencionales o utilizando lugares comunes), reproduciendo un tipo de percepción en serie o mecánica, como la de la producción industrial.

- ¿Qué es un/a buen/a poeta?

- Marianne Moore escribió que la poesía aspira a presentar jardines imaginarios con sapos reales en ellos. Un/a buen/a poeta es el/la que lo consigue. 

- Es muy buena la imagen, pero me resulta más fácil aplicarla a la narrativa que a la poesía. ¿Me podés dar un ejemplo de une poeta que consiga eso?

Reproduzco el inicio del poema "Mudanza", de Fabio Morábito, que creo que lo consigue estupendamente : 

A fuerza de mudarme/ he aprendido a no pegar/ los muebles a los muros,/ a no clavar muy hondo,/ a atornillar sólo lo justo./ He aprendido a respetar las huellas/ de los viejos inquilinos:/ un clavo, una moldura,/ una pequeña ménsula,/ que dejo en su lugar/ aunque me estorben./ Algunas manchas las heredo/ sin limpiarlas,/ entro en la nueva casa/ tratando de entender,/ es más,/ viendo por dónde habré de irme (…).

- ¿Qué es un/a mal/a poeta?

- Digo siempre a mis alumnos que la antítesis de la poesía no es la prosa, sino la falsa (o la mala) poesía. Hay muchos modos de ser un/a mal/a poeta. Además de los mencionados antes, agregaría: colocar al sentido por encima de todas las cosas (como dijo Hélène Cixous, el sentido es el opio del texto) y escribir desde la pura sentimentalidad. El poema requiere un desarrollo: hay que convertir la inspiración y la vivencia en trabajo. Citando a Wordsworth, el poema es una emoción recordada desde la tranquilidad.  

- ¿Cuándo te gusta un poema?

- Cuando siento que me ha revelado una forma de belleza o una verdad que no había visto o comprendido antes de su lectura. También cuando siento que hay algo en fuga, que una parte del sentido o de su belleza se me escapa.

- ¿Cuándo no te gusta un poema?

- Cuando me aburre o irrita porque no puedo rescatar nada en él; no hay ironía, tensión, música, ritmo, ni imágenes sorprendentes. 

- ¿Estás satisfecha con el lugar que ocupa la poesía en el espacio cultural/ literario? ¿Por qué? ¿Qué te gustaría que cambiase (si corresponde)?

- No, por muchísimas razones, pero no se elige ser poeta. Escribir es algo que se hace porque no puede abandonarse, con prescindencia del impacto, recepción y difusión que tenga el trabajo artístico. Di tu palabra y rómpete, un aforismo de Nietzsche que puede leerse desde muchos lugares; en mi caso, traza el límite de mis competencias.

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