sábado, 16 de mayo de 2020

Poemas con excusa X: poemas paralípticos 2 (decasílabos)

La paralipsis es un ejemplo de figura oblicua

Porque lo único arrítmico en este blog es la frecuencia de publicación, los "Poemas con excusa" versificados atacan de nuevo, continuando con los poemas paralípticos. La paralipsis, recordemos, es esa
[...] figura retórica, englobada dentro de las figuras oblicuas, que consiste en declarar que se omite o pasa por alto algo, cuando de hecho se aprovecha la ocasión para llamar la atención sobre ello.
Y, dado que por primera vez en la historia la casi totalidad de la humanidad tiene una sola cosa en la cabeza (y la misma), nos permitimos no aclarar a qué situación inédita nos referimos sin nombrarlo (ejem).

Luego de los sonetos en alejandrinos del posteo anterior, Oscar Steimberg y Federico Reggiani toman la posta para continuar con la misma forma poética pero con versos decasílabos. Poco frecuente en castellano, ese tipo de verso tenga probablemente su exponente más conocido en la "Rima VII" de Bécquer. Ambos títulos, que respetan ese metro, coquetean con la autorreferencia. Así, el de Steimberg remite al carácter paralíptico de la consigna, mientras que el de Reggiani se refiere a lo acompasado de la forma métrica elegida.

Con respecto al vocabulario, el soneto de Steimberg juega con un léxico arcaico, burlándose de su propia elección de una forma métrica antigua. En el poema de Reggiani, por su parte, lo arcaizante se manifiesta en la inclusión de referencias mitológicas y bíblicas, que se mechan anacrónica y voluntariamente con elementos más contemporáneos o directamente actuales.

Pero no me crean, compruébenlo:

Decasílabo sin titular (Oscar Steimberg)

En la calle un pasear cuidadoso
y en los ojos la amable fatiga
con que se halla un andar que no diga
que se busca un salir azaroso

que proclame ante el guardia rijoso
que aun en tiempos que el virus maldiga,
toda espera sabrá ser amiga,
todo encuentro un si no es acucioso.

Un saludo dirá que nos vemos.
El problema será si sabremos
conversar de ventana a ventana,

imitar un llamado a la puerta...
¿El que escucha a los otros despierta?
Por que ocurra temprano mañana.


Valsecito marcando el compás (Federico Reggiani)

Se resiste a llegar el futuro,
se congela, perpetuo, el otoño.
Cronos viste su frac y su moño:
se ha dispuesto a dejar el laburo.

Sólo queda un presente de urgencia
con barbijos rociados de alcohol,
como si, conservado en formol,
yo me hubiera donado a la ciencia.

¿Volverá alguna vez el azar
(que otros llaman, ¡oh niños!, amor)?
¿Aunque sea salir a pasear?

¿O es que Cronos dejó a Leviatán
el comando de nuestro destino
para irse a bailar el cancán?

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