Volvemos una vez más con la sección, y sí, el título del post explica las aportaciones de los participantes por sí mismo: esta vez teníamos que crear versos aliterativos (seleccionando la consonante que cada cual quisiera) para describir o hablar de un animal en concreto (el que cada cual quisiera)
Participan hoy Victor Atikof, Un Servidor, Aragón Mafra y Mora d'Esbarzer por orden de aportación.
El poema de Victor, que no tiene título habla de la foca y se basa en la consonante f . Quien haya seguido sus libros sabrá que "la foquita" es algo así así como una firma o leitmotiv que incluye en muchos de sus libros, dibujada a boli o a ordenador y representando diferentes papeles o escenas.
La serpiente
La suave serpiente silente y sonora
Extiende su aséptica y gris silueta
Sembrada de sueños extraños que afloran
Desde sus escépticas sienes de asceta
Su son sinuoso es de sombra y revés,
Su síntesis es solipsista y secreta:
es saber que no se, mas saber que se es
Mafra por su parte utiliza dos sonidos combinados dentro de un mismo poema aliterativo, la g y la j, algo tremendamente acertado, pues ambas consonantes se usan en español para imitar el rugido de los felinos, y más curioso aún resulta que la palabra jaguar contenga a ambos dentro de sí. El texto nos habla de cómo el animal mata sin siquiera ser visto, todo ello en clave de imágenes poéticas constantes que juegan con la lógica de los significados. Entronca con la temática y el acervo precolombino tantas otras veces cultivado por el autor, pues en la civilización maya el jaguar era considerado un psicopompo y sus sumos sacerdotes vestían pieles de jaguar durante los rituales. Otra de las cosas interesantes es que adrede, en ningún momento se nombra al animal en el título, produciendo a través de la elipsis un sentido mucho más intenso sobre aquello que se trata de describir.
La sombra invisible
Surge su giro en un jadeo vago
su rugido silencioso de gota en gota,
su ajada significación del humo en el reflejo.
Garra, colmillo, mágico grito de selva,
el jaguar se esconde en un ojo ingenuo
rasgando por dentro las ganas de mirarlo
estruja la gruta sombra de lo salvaje
que grita lejos adentro el misterio del crujido
la rama grave cuando fragua sus arrojos
y bajo el traje de su noche grávida
con su negra franja fragua su juramento:
ignorar y dar la espalda deja exangüe
desparpajar, alzar la sangre consigue
despejar la sombra de puro juntarla
para tragarla en el juego de los espejos.
Por último, tenemos la aportación por primera vez en el blog de Mora d'Esbarzer, en la cual utiliza la l como consonante para la aliteración y el lobo como animal temático, más concretamente la loba, pues es un matiz que no se debe pasar por alto. Si antes hemos dicho que en jaguar se asocia a la muerte lo mismo ocurre con la loba y el resto de cánidos en muchas culturas. En base a esta asociación se describe y se asocia con la muerte encarnando en sí misma la pérdida de la vida. El poema es autoconclusivo, pues cierra el último verso con la parada de su corazón. Lo interesante de este poema es que sus once versos describen y condensan un único aullido, el último hasta quedar sin aliento con una consonante escogida muy acertadamente para imitar el aullido, por ser la única consonante sonora, no vibrante ni oclusiva.
A una lúgubre Luna
Aúlla la vieja loba
Alejada y sola
Tan lánguida ya
Que hasta le es lastre
su liviana cola
Lentamente llace
Y aún se lame en balde
Hasta el último alivio
Sin aliento y sin luz
Su corazón ya no late
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