En esta entrega nos hemos propuesto escribir un poema rimando palabras fénix, entre sí, y os preguntareis ¿Es esto posible? la respuesta es sí si las rimas asonantemente, además hicimos un posteo teórico muy interesante para explorar algunas de las facetas de este concepto. En cuanto a la temática elegida se trata de hablar de los pecados capitales, el que más o los que más le gustasen a nuestros participantes.
Participan en esta entrega por orden de aportación Victor Atikof, David R. Valeiras, quien escribe, Ginés Solaeche y por primera vez en el blog Víctor Anza.
La propuesta con la que vamos a empezar es quizás la más disruptiva ya que combina el uso de palabras fénix con verso libre y palabras que no lo son, esto no parece casual si vemos que el tema que ha elegido tratar es la soberbia. La soberbia parece un precepto para hablarnos de la caída del de lucifer, según las religión cristiana causa misma de los hechos. Formalmente empieza usando muchas palabras fénix con algunas otras que solo tienen una o dos rimas potenciales y termina acortando la longitud de los versos para cerrar el poema.
Ángel soy, Serafín ínclito
De belleza sin eclipse
Y por eso río y desafío invicto
Al propio Dios y su estirpe
Yo, Lucifer, por gracia de hermosa soberbia
Os traeré la mentira y expulsará el Cruel Demiurgo
A los desiertos y la ciénaga
Por obra de mi palabra muere Cristo
Y sus asesinos se dilapidan
Cubriendo reinos de Abismo
Donde gobierna mi cetro
Sangre, sangre y herrumbrosa demencia
Las armas con que domino
A los hombres toda conciencia
Apareciendo en onírica sucúbica
Despedazando al infante...
¿Conoceré yo castigo?
De ello me río.
Ni Dios me amedrente
En el poema que nos ha aportado David vemos un texto muy breve, pero muy sólido en recursos para salvar la dificultad formal (que por cierto se ha aplicado de forma rigurosa) y aún así articular el mensaje. El pecado que trata es la pereza y el resultado es conclusivo y definitorio. La forma elegida ha sido la décima.
A despecho de mi párroco
me gusta perder el tiempo;
o a veces me pide el cuerpo
descansar del mundo arduo
a la sombra de un buen árbol.
Pero es mi actitud infértil
de los pecados el cénit
según concluyen y dictan
los expertos en la Biblia,
los maestros de la exégesis.
La siguiente propuesta sigue la forma de soneto clásico y se centra en la lascivia como pecado capital elegido. Se usan versos alejandrinos con acentos en tercera y sexta. En general se mantiene el contenido de forma sólida a pesar de la traba y dentro del esquema tradicional se usa exactamente una palabra fénix al final de cada verso.
SONETO-FÉNIX DE LA LASCIVIA
La lascivia se prende como el fuego de un fénix
que renace entre dos construcciones de mármol
que se eleva y se abre como el tronco de un árbol
de raíz cavernosa, y de tuétano eréctil
ignorado y ausente lo superfluo y lo téxtil
de los cuerpos resbala un sudor dulce y agrio
una Fata Morgana, sobre un Fuego Fatuo
como un trono de llamas que se asienta en la pelvis
te alimentas del néctar de los prístinos nísperos
como soles dorados que guardan las ingles
te atragantas entre gritos de heroicos epítetos
y en las sábanas blancas se oyen cantos de cisne
y te mueres un poco y carnalmente íntegro
volverás a nacer, en cenizas insignes
La aportación de Ginés pasa por un romance donde las rimas pares son palabras fénix. La dificultad de su aportación consiste en ser capaz de encontrar rimas para 8 palabras fénix diferentes (no creo que hubieran muchas más), que además son esdrújulas (asonantadas en -I-EO-) El contenido también ha sido original por no centrarse en un pecado capital concreto y divagar entre la lujuria y la gula sin decantarse por ninguna de ellas.
En los días en las noches
me apela con su rayo ígneo
de racimo de cereza
de naranjas como nísperos.
Con su dulce zumo cítrico
mis ojos se tornan vítreos
y mis papilas titilan
al vencerse mis poplíteos.
Mi alma no encuentra alimento
en este desierto níveo.
¿Quién pudiera degustar
a Venus con su cuerpo íntegro?
La opulencia en mi saliva
daña este corazón mísero
insaciable por la boca.
¿Lujuria o Gula? ¡Epíteto!
La última aportación, cortesía de Victor Anza, consiste en una serie de tercetos que cierran el artículo de forma humorística e irónica a modo de contrapunto a David R. Valeiras bromeando con la dificultad del reto formal, pero a la vez, (de ahí la ironía) acabando el poema satisfactoriamente. Un muy buen texto para cerrar este reto, lo que por otra parte le da una carga metapoética tratándose de un tema que habla sobre la propia forma con que se escribe.
No es que resulte difícil.
Es que aun echándole tiempo
con esto me siento imbécil
El mal vestido de incógnito:
David, con su juego, mísero
me ha desajustado el tránsito
Te deseo, más que cárcel,
mardisión para ese cuerpo
y disfunción de ese esfínter.
Que te de gritos la pelvis
y suplique tu recto ígneo
perdón por “lo de las fénix”
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