domingo, 13 de marzo de 2022

Poemas con excusa: asonantando al fénix

En esta entrega nos hemos propuesto escribir un poema rimando palabras fénix, entre sí, y os preguntareis ¿Es esto posible? la respuesta es sí si las rimas asonantemente, además hicimos un posteo teórico muy interesante para explorar algunas de las facetas de este concepto. En cuanto a la temática elegida se trata de hablar de los pecados capitales, el que más o los que más le gustasen a nuestros participantes.



Participan en esta entrega por orden de aportación  Victor Atikof, David R. Valeiras, quien escribe, Ginés Solaeche y por primera vez en el blog  Víctor Anza.

La propuesta con la que vamos a empezar es quizás la más disruptiva ya que combina el uso de palabras fénix con verso libre y palabras que no lo son, esto no parece casual si vemos que el tema que ha elegido tratar es la soberbia. La soberbia parece un precepto para hablarnos de la caída del de lucifer, según las religión cristiana causa misma de los hechos. Formalmente empieza usando muchas palabras fénix con algunas otras que solo tienen una o dos rimas potenciales y termina acortando la longitud de los versos para cerrar el poema.



Ángel soy, Serafín ínclito

De belleza sin eclipse

Y por eso río y desafío invicto

Al propio Dios y su estirpe


Yo, Lucifer, por gracia de hermosa soberbia

Os traeré la mentira y expulsará el Cruel Demiurgo

A los desiertos y la ciénaga


Por obra de mi palabra muere Cristo

Y sus asesinos se dilapidan

Cubriendo reinos de Abismo

Donde gobierna mi cetro


Sangre, sangre y herrumbrosa demencia

Las armas con que domino


A los hombres toda conciencia

Apareciendo en onírica sucúbica

Despedazando al infante...


¿Conoceré yo castigo?

De ello me río.

Ni Dios me amedrente


En el poema que nos ha aportado David vemos un texto muy breve, pero muy sólido en recursos para salvar la dificultad formal (que por cierto se ha aplicado de forma rigurosa) y aún así articular el mensaje. El pecado que trata es la pereza y el resultado es conclusivo y definitorio. La forma elegida ha sido la décima


A despecho de mi párroco

me gusta perder el tiempo;

o a veces me pide el cuerpo

descansar del mundo arduo

a la sombra de un buen árbol.

Pero es mi actitud infértil

de los pecados el cénit

según concluyen y dictan

los expertos en la Biblia,

los maestros de la exégesis.


La siguiente propuesta sigue la forma de soneto clásico y se centra en la lascivia como pecado capital elegido. Se usan versos alejandrinos con acentos en tercera y sexta. En general se mantiene el contenido de forma sólida a pesar de la traba y dentro del esquema tradicional se usa exactamente una palabra fénix al final de cada verso.


SONETO-FÉNIX DE LA LASCIVIA

La lascivia se prende como el fuego de un fénix

que renace entre dos  construcciones de mármol

que se eleva y se abre como el tronco de un árbol

de raíz cavernosa,  y de  tuétano eréctil


ignorado y ausente lo superfluo y lo téxtil

de los cuerpos resbala   un sudor dulce y agrio

una Fata Morgana, sobre un Fuego Fatuo

como un trono de llamas que se asienta en la pelvis


te alimentas del néctar de los prístinos nísperos

como soles dorados que guardan las ingles

te atragantas entre gritos de heroicos epítetos


y en las sábanas blancas se oyen cantos de cisne

y te mueres un poco  y carnalmente íntegro

volverás a nacer, en cenizas insignes



La aportación de Ginés pasa por un romance donde las rimas pares son palabras fénix. La dificultad de su aportación consiste en ser capaz de encontrar rimas para 8 palabras fénix diferentes (no creo que hubieran muchas más), que además son esdrújulas (asonantadas en -I-EO-)  El contenido también ha sido original por no centrarse en un pecado capital concreto y divagar entre la lujuria y la gula sin decantarse por ninguna de ellas.


En los días en las noches

me apela con su rayo ígneo

de racimo de cereza

de naranjas como nísperos.

Con su dulce zumo cítrico

mis ojos se tornan vítreos

y mis papilas titilan 

al vencerse mis poplíteos.


Mi alma no encuentra alimento

en este desierto níveo. 

¿Quién pudiera degustar 

a Venus con su cuerpo íntegro?

La opulencia en mi saliva

daña este corazón mísero

insaciable por la boca.

¿Lujuria o Gula? ¡Epíteto!


La última aportación, cortesía de Victor Anza, consiste en una serie de tercetos que cierran el artículo de forma humorística e irónica a modo de contrapunto a David R. Valeiras bromeando con la dificultad del reto formal, pero a la vez, (de ahí la ironía) acabando el poema satisfactoriamente. Un muy buen texto para cerrar este reto, lo que por otra parte le da una carga metapoética tratándose de un tema que habla sobre la propia forma con que se escribe.


No es que resulte difícil.

Es que aun echándole tiempo

con esto me siento imbécil


El mal vestido de incógnito:

David, con su juego, mísero

me ha desajustado el tránsito


Te deseo, más que cárcel,

mardisión para ese cuerpo

y disfunción de ese esfínter.


Que te de gritos la pelvis

y suplique tu recto ígneo

perdón por “lo de las fénix”

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