sábado, 3 de diciembre de 2022

Apuntes para una reinvención de la métrica: Verso aliterativo

Se le llama verso aliterativo al tipo de composición poética cuyo principal sustento rítmico consiste en la repetición de un mismo sonido de forma periódica en cada verso. ¿Porqué nos interesa este concepto para nuestra sección? La clave y lo interesante de esta forma de versificar es que cambia por completo la concepción y las ideas que asociamos a la estructuración métrica los lectores de poesía modernos. Esto se debe a que el modelo de composición con rima final y pausa versal ha sido tan absolutamente aplastante dentro de las lenguas romances modernas que no se imagina un modo diferente de llevar a cabo un trabajo de estructuración de sonidos y conceptos diferente a este. Esto es algo totalmente natural, ya que la métrica por rima final es un fenómeno muy efectivo para dotar a un texto de la máxima musicalidad, y prueba de ello es la paulatina caída en desuso del verso aliterativo, tanto del inglés como del alemán medieval, en favor de la rima.




Esta técnica ha pasado a la creación poética de nuestra cultura como forma de simple aliteración, es decir, la repetición de sonidos se utiliza como un recurso poético fortuito y sin formar parte de la estructuración métrica fundamental.  Los ejemplos de aliteración en todo tipo de manuales son muchos y muy socorridos. Y lo curioso del fenómeno, es que en unos casos se ha utilizado la aliteración para: 
  • representar el sonido de aquello que el texto está referenciando como en el caso de Garcilaso de la Vega y el zumbido de las abejas,
En el silencio solo se escuchaba
el susurro de las abejas que sonaba.

como en el ejemplo para representar el sonido de un abanico al cortar el aire utilizando dos sonidos diferentes y b como en el caso de Rubén Darío:

bajo el ala a veces ocultando el pico;
que desdenes rudos lanza bajo el ala,
bajo el ala aleve del leve abanico!

  • O de forma no referencial, simplemente encontrar un sonido y repetirlo con fines simplemente expresivos, como en el caso de Miguel Hernández:
A las aladas almas de las rosas

o en estos versos finales de Jaime Siles: 
 
 Una antorcha es el mar y, derramada
por tu boca, una voz de sustantivos,
de finales, fugaces, fugitivos
fuegos fundidos en tu piel fundada.

Pero una vez tenido en cuenta el uso de la aliteración, en nuestra tradición ¿Podría adaptarse nuestra lengua al cómputo germánico y sus fórmulas para crear  algo nuevo? la respuesta es sí, solo hay que coger su fórmula y en base a esos criterios elaborar un poema en español moderno. Según el testimonio de del escaldo medieval Snorri Sturluson, y las muestras de la época que nos han llegado como el Cantar de Hildebrando podemos extraer que:

  1. Como la práctica totalidad de la poesía épica medieval está estructurada en forma de dos hemistiquios con cesura
  2. En el primer hemistiquio siempre deben haber como mínimo dos sílabas con las consonantes que se repiten
  3. En el segundo hemistiquio se debe repetir como mínimo una vez la consonante elegida.
  4. No rima
  5. El cambio de consonante es arbitrario y lo hará el escritor según su conveniencia creativa
Otra de las posibilidades es utilizar todo este potencial de repetición de sonidos para mezclarlo con la rima, en lugar de la versión puramente prestamista. En mi propia experiencia si se combina el uso de la rima con los patrones aliterativos fijos se pueden crear poemas de una musicalidad muy intensa que se suma al al elemento del final de verso toda la reiteración interna que refuerza aún más el sentido expresivo del mismo,  aquí un ejemplo:

AL CICLO DEL AGUA

explotan gotas, exaltan, saltan

extasían guían, bendicen, dicen

éxodo hidráulico y agua que santa

se escancie excelsa y nos armonice

 

***

 

Brotan traslúcidas crines del agua

Brochas azules cargadas de sal

Brocas de viento taladran la fragua

bronce salado del ojo de Adán

 

traen, diseminan, recogen y esparcen

tragan, expulsan, transportan sin más

traban la tierra de cárcel de carne

tras la tensión transgresora del mar

 

hierve el caldero de mística celta

hiere Cernunos con fuego de sauco

hierro relleno de hierba y espelta

hiel de beleño y vapor entreglauco

 

blanco el vapor cuando blanca es la sombra

blanda molicie que asciende directa

blasfema y quema, deshonra y se cobra

blande y esgrime si tienta o si inyecta

 

luego disueltos los bustos en vueltas

luego las vueltas disueltas en nada

luchan y nubes resuelven envueltas

lucen y lamen sus líquidas alas

 

rayo rugiente que ronco y ruidoso

rasga la tela raída del mar

rata que roe de unos húmedos ojos

rabia rojiza de su  lacrimal

 

gota de sol que galopa irisada

golpe de vida entre giro y raudal

grito de guerra y en yegua perlada

gónada gris, guillotina vital

 

baja silbando la vida encrespada

baile en caída y caída de amor

van kamikazes y van camaradas

bala que abate la sed del calor

 

***

 

explotan gotas, exaltan, saltan

extasían guían, bendicen, dicen

éxodo hidráulico y agua que santa

se escancie excelsa y nos armonice


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