Hoy nos ponemos filosóficos,pues en esta entrega desglosaremos las nuevas aportaciones de Darío Steimberg y Raúl Lozano en forma de soneto y en las que a través de esta estrofa, se nos ofrecen reflexiones en torno al concepto de realidad desde diferentes perspectivas.
Empezamos con el texto de Steimberg: lo curioso en este soneto es que además de proponer una disyuntiva ontológica, maneja en su tratamiento la paralipsis, pudiendo haber estado perfectamente en nuestra anterior entrada. En él se usa un registro complejo pero algo hipnótico haciendo uso del hipérbaton y la elipsis como en el tercer verso o el catorceavo. En cuanto al contenido se aprecia una disyuntiva entre realidad y apariencia: lo que funestamente se describe como realidad en los dos cuartetos se revela apariencia en los tercetos. Este recurso aunque ha sido algo muy recurrente en el barroco sigue imprimiendo un gran interés a nivel de creación literaria y su reapropiación supone sin duda un acierto. Otro recurso de interés se da en los dos primeros versos donde se sintetiza el contenido que se vendrá desarrollando en todo el soneto de forma precisa y lacónica Soñé perturbaciones de escala planetaria / y a veces no moría ni un pájaro en la noche. Sin más dilación, atreveos a interpretaciones:
Soñé perturbaciones de escala planetaria
y a veces no moría ni un pájaro en la noche.
Nunca que lo esperaba pesqué un maldito broche
para mi anhelo negro de destrucción palmaria.
Quería estar presente en la debacle diaria
como quien ruega impuro que pase a troche y moche
con sus caballos viles el mismo diablo en coche
y nos arrolle a todos en forma lapidaria.
Ahora… ahora es tarde, no hay tráfico que mueva
la triste situación en que nos deja un grano
mínimo de existencia, absurdo de tan vano,
que damos y movemos oscuros en la nueva
noción de horror que vemos pegada a nuestra mano:
es la invención más vieja, la peste de longeva
En cuanto a la siguiente aportación, podemos apreciar una reflexión filosófica y estética en torno al concepto de posverdad. Parece apuntar al cuestionamiento moral de la aceptación de una falsa realidad desde la irracionalidad individual en detrimento de la verdad. Todo esto se da por medio del uso de unas imágenes muy concretas (segundo verso, séptimo y octavo) que superpuestas al contenido, parecen dotar al texto de cierto balance fondo-forma:
Verdad es tu reacción a mis acciones
el miedo sobre carne de gallina
la rabia visceral, la adrenalina
ante la hostilidad de afirmaciones
Verdad soy yo subiéndome a la cima
del ojo de la red con los pezones
erguidos por el frío que supone
la soledad que el ego determina
[pos]
verdad es que te estoy manipulando
y tu me necesitas solo para
tejer la realidad que estas tocando
[pos]
verdad, te juro, mírame a la cara
es ese perro trágico ladrando
donde tu sombra tímida se ampara
El soneto en el que le habla a la verdad me gusta. La explicación de buena o mala poesía no la entendí demasiado
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