sábado, 1 de febrero de 2014

Nanne Timmer o la lengua segunda como juguete

http://conexos.org/2013/02/10/1975/
Nanne Timmer (La Haya, Países Bajos, 1971). Trabaja en la Universidad de Leiden (Países Bajos) .

El caso de Nanne Timmer es similar al de Larbi El-Harti: se trata de especialistas en una lengua y una literatura extranjeras cuya relación con su objeto de estudio evoluciona y los hace dar el paso que va del análisis a la práctica. En ambos casos, se trata igualmente de creadores que ya son poetas en su lengua materna, y que deciden desdoblarse como poetas al cambiar de lengua. Y es que el atractivo de escribir en otra lengua (siempre y cuando se la maneje bien) es grande. Porque, si bien es un rasgo de la poesía poder violentar la gramática, la sintaxis y la semántica, la libertad que tiene un poeta que llega tardíamente a una lengua con respecto a los preconceptos de un hablante nativo (qué es bello, qué se puede, qué no) es inmensa, sobre todo si no se corre peligro de deslizarse de una lengua a otra sin querer (y no hay deslizamiento entre lenguas de raíz diferente como el neerlandés y el castellano).

Esa alegría de contar con el idioma como juguete, que cualquiera que se haya lanzado a escribir poemas en otra lengua conocerá, se hace evidente en los poemas en castellano de Nanne Timmer.
En "Noche", por ejemplo, la energía comunicativa de la voz poética la hace prescindir de preposiciones que podrían debilitar la fuerza expresiva de la frase, sacarle velocidad ("[...] miedo que barrigas llenas de agua/ se cuelen entre la felicidad"). Y es una voz poética que se permite una fascinación completa por las palabras, que puede repetir como un encantamiento ("porque la corriente se traba demasiadas/ veces la corriente se traba a veces").

En "Abril en Anapawlonaplein", la voz que escribe, que habla, que cuenta, involucra al lector en la experiencia de la escritura, evitando borrar líneas que se supone ha descartado ("[...] tiendo a melocotón, a mediodía./ Borrado uno", "Piel aún cohibida./ Borrado dos","todavía cosas que contar/ Borrado tres").

Al escritor nativo puede ocurrirle ir dejando de utilizar recursos a veces por temor a no repetirse, sin que eso quiera decir que dichos recursos hayan dejado de ser eficaces. Un remedio para eso es leer (buenos) escritores en lengua segunda, menos proclives a eso. Así, la vieja y querida figura retórica de pasar de lo literal a lo metafórico (cara, por ejemplo, a las letras de Joaquín Sabina) tiene su lugar, y queda bien, en "Y vuelta" ("Me tiró la mesa /encima, el boleto de tren/ y su desprecio").

Leer poemas es siempre un ejercicio lúdico de mirar desde otro lugar. Leer a un poeta en lengua segunda es como un viaje más lejano. Siempre en cuestión, como en todo viaje, corto o largo, de elegir bien el destino.

4 comentarios:

  1. No puedo decir nada sobre escribir poemas en otro idioma. Pero sí debo decirle lo mucho que me han gustado los de Nanne Timmer, un viaje, dice Ud. Buena metáfora.
    En Abril en Anna Paulownaplein puede leerse este verso.
    "Abuela en pelo, ella transparente"
    Difícil que un hispano-parlante nativo pueda hacer esta construcción.
    Abrazo Comndante.
    PD: temí hacerle un comentario en su post anterior por miedo a que se caliente. Otro día

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  2. ¡Jaaaa! Gram amigo Sudaka: soy completamente Wildeano en ese aspecto. ¡Que hablen mal, pero que hablen!

    Un abrazo.

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  3. he tratado de leer el poema noche, pero ya no se puede encontrar en el enlace al que lleva la nota.

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  4. Hola, Sergio. Efectivamente, lo bajó de su sitio web. Lo único encontré es otro fragmento aquí: http://www.redkatatay.org/sitio/archivo/sastre.pdf

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