Eduardo Embry (Valparaíso, 1938; en Inglaterra desde 1974) |
Y el poema como un hijo al que se siente que se abandona al darle libertad ("Abandonados versos").
Y el poema como universo, como presente perpetuo, como refugio final del yo de quien escribe.
Y relatos de hombres (de personas) que por falta de nombre son todos los hombres ("Hoy es el día de mi partida").
Y el poeta que rechaza que otros poetas le digan cómo ser poeta (Fama no se compra, "Entendidos").
Y el poeta que no se engaña y tiene bien clara la diferencia entre las palabras y las cosas.
Y no se engaña, y la muerte es muerte, y muertas las palabras y los hombres, y el poeta no es su poesía ("Muertos muertos están).
Pero en realidad no, dice eso pero no está convencido, y los muertos vuelven en lo que escribe ("Vaqueros del oeste").
Y los poemas que al final también son cosas, por que ocupan espacio, y cómo de que no ("¿Es usted una silla").
Y el poeta que desafía a su propia poesia ("Edicto del Rey Canuto").
Y: en la poesía de Eduardo Embry la soledad de la escritura es remplazada por una conversación constante con la propia obra y con la de sus referentes.
ahh muy buena descripcion (no tengo acentos), pero yo quiero saber lo que piensa el critico, le gusta o no le gusta? la critica de poesia tiene que ser como la critica de cine o la critica gastronomica, lo leemos o no lo leemos?
ResponderEliminarGracias!
Jajajajaja. Bueno, el crítico puede elogiar la maestría del chef aunque sus gustos vayan para otro lado. Pero sí, sí me gustó, y me parece muy bueno. Pero no puedo compartir, si no soy masoquista, la posición del poema anti críticos :).
ResponderEliminarHabía intepretado mal ese poema, ahí lo cambié (gracias Eduardo Embry por la observación).
ResponderEliminarUn excelente enlace del gran poeta chileno Eduardo Embry Morales
ResponderEliminarUn poeta recuperado y redescubierto
http://www.mercuriovalpo.cl/prontus4_noticias/site/artic/20061210/pags/20061210032851.html