Saludos amigos, volvemos con nuestra sección de aportaciones. Como algunos sabréis, ya estuvimos hablando durante el último posteo teórico sobre las estrofas medievales francesas con estribillo, pues bien, a colación de aquel post hemos decidido (gracias a Ginés Solaeche) que el reto fuera escribir un triolet que hablara de la guerra. Con respecto a la elección de la temática creemos que sobran las explicaciones, pues no deja de ser pura actualidad.
En esta sección vamos a tener las aportaciones de Vctor Atikof, Aragón Mafra, y Un
Servidor. Empezamos por la de Víctor por orden de aportación. Se trata de un texto que utiliza el amor como contraposición directa al odio belicista. En él la sangre sobre la flor representa manchar el símbolo de unión entre dos seres humanos con la muerte que provoca el odio, y consecuentemente, también nos habla de la soledad y el aislamiento de la amante que queda viva, como estrago y herida abierta del conflicto armado. Formalmente alarga el triolet en dos cuartetos y en el cuarteto final inventa un nuevo esquema de repeticiones donde van rotando las palabras "sangre", "flor" y "mirada" como elementos centrales centrales que cierran de forma muy rítmica todo el contenido.
Si mi sangre derramada
derramó sobre la flor
Llevadla a la enamorada
Sí, mi sangre derramada...
Que sabréis en su mirada
de lo frágil del amor...
Si mi sangre derramada
derramó sobre la flor
Si mi sangre derramada
derramó sobre la flor
y la flor en su mirada
de lo frágil del amor...
¡Oh mirada! ¡Oh, mi flor!
¡Sangre y sangre derramada!
¡Sangre y sangre enamorada
... sangre y sangre,
sangre y flor!
El poema de Un Servidor utiliza un lenguaje fatalista y crudo donde los elementos simbólicos centrales son: para los primeros cuartetos "el renacimiento de la muerte" como si el fin la vida fuese algo que vuelve y vuelve con cada soldado caído; y el silencio en los dos últimos cuartetos para dar expresión del vacío que se produce tras cada una de esas muertes a un nivel casi absurdo. Formalmente son dos triolets unidos por la misma rima y con tema común para que el poema quedara más largo.
Renace la muerte en cada
punto a parte y parte vida,
a veces, ascua mojada,
renace la muerte en cada
silenciosa despedida,
despedida silenciada.
Renace la muerte en cada
punto a parte y parte vida
y a veces no queda nada
tras el paso del silencio.
A veces, tierra quemada
y a veces, no queda nada
Por más que una llamarada
provoque lo que sentencio:
"a veces no queda nada
tras el paso del silencio"
La segunda aportación consiste en un triolet donde cada vez que un verso se repite este es un calambur de su homónimo. Simbólicamente se centra en la bala como eje de la temática bélica y más allá del calambur, la estructura es de triolet clásico y corriente.
Acá también salen heridas.
Te vendes de tarde. Las balas,
que afilan, desfilan y anidan
acatan bien, sal en heridas
que secan, que queman la vida.
Enjambre de plomos con alas,
acatan bien, salen heridas.
Te ven desde tarde la balas.
La siguiente aportación fue Aragón mafra, en ella lanza el tono de la temática bélica hacia la figura de Dios con un resultado finamente retórico y que nos lleva a pensar en el porqué de las circunstancias y el dolor. En últimos dos cuartetos parece establecer una relación entre guerra y materialismo con el estribillo "se alaba entre las monedas". Formalmente recurre a una composición de dos triolets unidos para dotar de mayor longitud y contenido al texto y sin duda lo más interesante es cómo en algunos estribillos recurre a un calambur y una homofonía discretamente dispuestos que cambian por completo el sentido de las frases y le dan otros niveles de interpretación. "de DIOSES también la guerra", "del mundo en Él que murió"
Si todo es cosa de Dios
de Dios es también la guerra
del mundo en el que murió
si todo es cosa de Dios
¡Mas no! No muere el creador
se alaba entre las monedas
si todo es cosa de Dios
de dioses también la guerra
Del mundo en el que murió
se alaba entre las monedas
si en vano está La Pasión
del mundo en el que murió.
Errátil va la creación
librada de sus cadenas
del mundo en Él que murió
se alaba entre las monedas.
Por último nos presenta un triolet más corto con una interesante innovación: la primera estrofa es un quinteto en el cual el primer verso no forma parte del estribillo, por lo que la sensación de reiteración queda mucho más suavizada y pulida a la vez que el estribillo es semánticamente dependiente de una frase de mayor longitud restándole peso. También puede interpretarse como que el título del poema sirve a la vez de primer verso que lo completa al leerse (o no leerse), una opción que en ningún caso le quita interés. El contenido gira en torno al oxímoron "plenitud llena de huecos", algo que pudiera retrotraernos a la tradición zen o a la ascética occidental donde tanto el ayuno como el vacío son uno de los principales caminos que llevan a la plenitud del espíritu.
Ruego al Dios del hambre
Mi plenitud llena de huecos
para que beba mi vacío
y se emborrache de mis rezos
mi plenitud llena de huecos
haciendo vivo de lo muerto
y tenga cauce de tu río
mi plenitud llena de huecos
para que beba mi vacío.
Me han encantado! Especialmente el triolet que combina la técnica del calambur en la repetición de versos dotandolo de un significado diferente.
ResponderEliminarEnhorabuena por esta entrada!