viernes, 20 de agosto de 2021

Estrofas en peligro de extinción II: Las coplas de pie quebrado

                                       


Al igual que en el post anterior de esta sección hablaremos de una forma poética de arte menor, polimétrica y muy musical. No en vano, es mi intención recuperar especialmente formas de arte menor, pues si la poesía medida supone una minoría dentro del panorama actual, el uso de estas  supone sin duda la minoría dentro de la minoría, salvando ciertas excepciones como la décima, aún vigente. Volviendo al tema que nos atañe, la estructura de las coplas de pie quebrado es relativamente simple: Si tomamos como ejemplo las variantes propuestas por Jorge Manrique tendrían un esquema métrico de 8a/8b/4c/8a/8b/4c. Existen otras posibilidades de ejecución que veremos más tarde en la sección de variantes, pero he decidido adoptar la manriqueña como la "oficial" dada la gran repercusión que tuvo en la popularización de la misma. Por supuesto existen otros autores de coplas quebradas con anterioridad, pero la forma se daba de desordenada y en muchos casos sin demasiado rigor métrico. Un claro ejemplo de este uso primigenio son los gozos de Santa María del Arcipreste de Hita, de temática religiosa como era común en la Europa de la época.

 A continuación podemos ver con un ejemplo su estructura: se trata de un extracto del archiconocido coplas a la muerte de su padre. Qué poco original, pensareis, pero creo que la mejor manera de visualizar métricamente una estrofa es mediante un poema cuyo ritmo tenemos interiorizado de antemano.

Recuerde el alma dormida,      8a
avive el seso y despierte          8b
contemplando                          4c
cómo se pasa la vida,               8a
cómo se viene la muerte          8b
tan callando;                            4c


cuán presto se va el placer;       8d
cómo después de acordado       8e
da dolor;                                    4f
cómo a nuestro parecer             8d
cualquiera tiempo pasado         8e 
fue mejor.                                  4f


Como comentario podemos suponer que el cómputo silábico es deudor de la tradición castellana más profunda, pues al articularse en torno al octosílabo nos hace pensar en una posible relación con formas como el romance. El tetrasílabo que se intercala se puede explicar como la solución más natural a un acortamiento de la distancia silábica entre el inicio de verso y la pausa versal, ya que el hexasílabo apenas difiere del octosílabo y tanto el pentasílabo como el trisílabo no guardan la equivalencia entre formas pares. Ahora bien. ¿Porqué romper un octosílabo de esa manera? Es posible encontrar hasta tres razones que se explican a continuación:

La primera es que utilizar ritmos muy naturales o musicales resulta en un arma de doble filo, en tanto que, siendo más pegadiza una forma, más monótona y tediosa puede resultar. Si se da en tiradas de versos no muy largas, el pie quebrado supone una interesante solución a esta cuestión.

la segunda es que la tensión lectora va a recaer siempre en el tetrasílabo, posibilitando así tener un espacio versal diferenciado de los octosílabos donde introducir información que pueda (o no) ser tomada como relevante.

La tercera y esta es aplicable en exclusividad al caso de Manrique (y lo digo como un acierto por su parte) es que en un tipo de poema elegíaco un mayor numero de pausas versales en relación al número total del silabas generan más momentos de silencio en el poema, dotándolo así con mediante una buena lectura de un todo muy apropiado al contenido.


POSIBLES VARIACIONES

A la hora de una posible introducción de variaciones sobre la forma clásica hemos de tener en cuenta que, básicamente todo poema con una base isosilábica y versos de cuatro sílabas o menos intercalados son por definición versos quebrados. En cualquier caso es lógico pensar que para que este efecto se produzca, el número de versos cortos no debe exceder nunca el número de versos largos, ya que de lo contrario el ritmo del tetrasílabo pasaría a conformar el axis métrico del poema. En esta linea discursiva podríamos establecer que la proporción entre el numero total de versos y el número de versos quebrados supone el grado de continuidad métrica.

En cuanto al número de sílabas se admiten gran cantidad de variaciones. El arte mayor particularmente resulta interesante para intensificar el contraste entre el verso normal y el quebrado, aunque ha de tenerse en cuenta la equivalencia entre versos pares e impares a la hora de elegir el tipo de verso. En este sentido os dejo el humilde ejemplo de un servidor del uso del verso quebrado de arte mayor, concretamente de alejandrino  con tetrasílabos con una continuidad métrica de 3/2:


[...]
 
Haz de los relojes una angustia palatina
pie que suena
corre hacia la reina que sentada en el estrado
tez serena
grita la sentencia y con el as de guillotinas
falto en pena
hace de tu cuello un manantial rojo y dorado.
 
Corre, corre blanco que el futuro andando viene
se te piden
toques de clarín que ayer te esperan y esperando
todo incide
no alcanzas tus pasos y las raras horas tienen
si las mides
algo de absorbente cuando pasan crepitando
                                                                             
                                                          fragmento de El Reloj de Conejo Blanco

Finalmente si tenemos en cuenta la disposición de la rima solo cabe apuntar que este tipo de estrofa no requiere de patrones de rimado excesivamente complejos ya que la polirritmia dará de  por sí la nota característica a nuestra creación. En este sentido las posibilidades son casi infinitas.

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