jueves, 31 de diciembre de 2020

Poemas con excusa XII: versos maradonianos


En esta nueva entrega las distintas aportaciones girarán en torno a Diego Armando Maradona en relación a su reciente fallecimiento. Participan en esta entrada Alejo Steimbrg, Raúl Lozano y Pedro Poitevin.

Steimberg entra con un soneto endecasílabo (once de catorce para el diez) donde el eje central es la referencia a la cultura argentina y al propio Maradona a través de las distintas figuras que se mencionan. Tal como Jorge Luis Borges (ciego extraordinario, verso 2) en alusión a su poema "el gólem" (En su nombre la cosa se refleja, verso 1) donde se pone en evidencia que la palabra es una suerte de arquetipo de aquello que se nombra, dando a entender que la imagen de Maradona ha trascendido como arquetipo en la cultura popular. La forma se caracteriza por ser un soneto con tres cuartetos y dos versos finales. Este tipo de composición fue desarrollada por el poeta argentino Pedro Bonifacio Palacios de quien Borges dijo que había escrito los mejores y los peores versos de la lengua castellana. El ritmo se desarrolla de forma fluida reforzado por los paralelismos del segundo y tercer cuarteto. Por último, se cierra el poema con una referencia al  gol llamado la mano de Dios como culmen del texto y de la propia carrera del futbolista.


Once de Catorce para el Diez

En su nombre la cosa se refleja, 

dijo citar el ciego extraordinario. 

Eso nos ilumina en el palmario  

dolor de un dios humano que nos deja.  


En un cielo nublado que despeja, 

en una camiseta, en un armario, 

en una sinagoga, en un rosario, 

una mezquita, un bus, una calleja,  


en japonés, en sueco, en castellano, 

en lenguas y dialectos que yo ignoro 

se asegura haber visto al Pibe de Oro, 

fantasma o Dios, eternamente humano.  


Con la cabeza, con el pie o la mano 

se fue a meterle un gol a un meteoro



Raúl Lozano en concordancia con Steimberg aporta un soneto endecasílabo siguiendo el esquema de tres cuartetos y dos versos finales. El esquema métrico que ofrece es polirrítmico entrando el primer cuarteto con pies dactílicos (acentos en 1ª, 4ª, 7ª, 10ª) Esto ofrece un resultado saturado y frío como introducción a la muerte, para volver a partir del segundo cuarteto al endecasílabo heroico tradicional (acentos en 2ª, 6ª, y 10ª) mucho más cálido e intuitivo. Así mismo vemos en los primeros versos de ambos cuartetos un paralelismo en sentido antitético (Algo en noviembre cayó... /.../ Alzó en noviembre el vuelo...) a nivel léxico, y para reforzar esta idea, todo el primer cuarteto usa semas relacionados con el descenso (cayó, baja, caída, último, declina) mientras que el segundo cuarteto se basa en semas relacionados con la ascensión (alzó, vuelo, halcón, aire, Dios, reinstaura). Al llegar al tercer cuarteto los semas de valor positivo y negativo se entremezclan (diablo, celestial, cocaína, sincero, humildad) para aliviar la tensión y resolver hacia los versos finales. Finalmente apunta con la referencia metaformal (apunta al poste izquierdo y alucina) a una reconfiguración del sentido del texto. Cierra nombrando al personaje (que Diego camine..) para resolver la elipsis por la cual el referente no debe ser nombrado.


Algo en noviembre cayó en argentina

baja en caída la flecha de un don

último toque de vida y pasión

sobre la cancha el balón se declina


alzó en noviembre el vuelo un gris halcón 

del aire que  soplaba en las Malvinas

o Dios que allí lo espera y determina:

-reinstáurame mi brazo; corazón.


diablo y viejo, perro que camina

con paso firme al arco celestial

hoteles, plata, alcohol o cocaína

ferozmente sincero en humildad


apunta al poste izquierdo y alucina:

que Diego camine hacia la verdad


Pedro Poitevin por su parte ofrece una aportación totalmente diferente y de gran dificultad técnica. Una décima para el dorsal número diez, una décima palindrómica.  En este texto se aprecia claramente que dentro de la limitación formal, si bien ha producido una acertada modificación en el estilo expresivo, ha sido capaz de mantener tanto la intencionalidad comunicativa como el sentido global creando un estilo muy característico y no carente de sorpresas de carácter sintáctico y semántico. A nivel formal lo más reseñable a consecuencia, en parte, de la construcción del palíndromo es la gran cantidad de aliteraciones y el efecto que éstas producen en la lectura en voz alta (no dar, amor, gol;  me dona. Mona  etc) Son así mismo casi constantes los encabalgamientos. En algunos versos se producen rotaciones lógicas/sintácticas que dotan al texto de un matiz barroco (lograba la musa, viva, no dar, amor, gol así) (Yo mi rol a birra sé, y Él a sol así sí me dona) Por último cabe mencionar los coloquialismos que aportan variedad léxica (birra en lugar de cerveza, o mona en lugar de bonita) y algunas sentencias de valor casi aforístico (a musa diva, vida suma)


Lograba la musa, viva,

no dar, amor, gol así.

Mano, mano de mi sí:

sal, o sale, y es arriba.

Lo rimo y a musa diva

vida suma. Yo mi rol

a birra sé, y Él a sol

así sí me dona. Mona

misa logró Maradona.

¡Viva su malabar-gol!

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