martes, 23 de diciembre de 2008

Bélgica: historietas, cerveza, papas fritas y monárquicos de izquierda


País en general poco proclive a ocupar espacios en la prensa internacional, la crisis financiera mundial, con sus caídas de bancos y sus rescates gubernamentales, y la propia crisis política belga, con renuncias a repetición del Primer Ministro, llevaron al pequeño reino a romper esa opacidad. Anarcofacilonguísticamente entonces (como debe ser), el blog favorito de billones de seres imaginarios y de un puñado de irreductibles internautas (irreductibles como los galos de Asterix y Obelix, que también fueron a Bélgica, Pancho Ibáñez tiene razón, todo tiene que ver con todo) dedica un post a explicar algunas particularidades del paraíso de la cerveza y el infierno de los amantes del clima benigno.

Inexistente como país hasta su creación como Estado moderno en 1830 (Bélgica fue el nombre de la provincia romana que abarcaba las tierras donde vivían los belgas, un conjunto de tribus que combatían entre sí y nunca llegaron a unirse completamente contra los Romanos), el reino de Bélgica ha tenido desde su origen una historia movidita y cambiante. Su creación debía ayudar a pacificar la región, funcionando de alguna manera como un Estado-tapón, un poco como Suiza... sólo que sin beneficiar de barreras geográficas en absoluto. Con semejantes comienzos, no sorprende que el país haya cultivado fervorosamente el surrealismo y el humor absurdo. Pero la porosidad de las fronteras belgas fue para los dos lados, y es así como una pequeña parte de Prusia (o sea germanohablante) le fue otorgada como consecuencia de la Primera Guerra Mundial.

En Bélgica, además de la pequeña comunidad germanohablante, hay dos comunidades lingüísticas mayoritarias, la francohablante (formada por los valones, habitantes de Valonia, la región francohablante de Bélgica, y la inmensa mayoría de los bruselenses) y la flamenca, cuyas relaciones de poder han variado enormemente con el paso del tiempo. Efectivamente, el peso específico de los flamencos ha ido creciendo, y en la actualidad conforman el 60 % de la población, lo que se suma a la mucho mejor posición económica de Flandes con respecto a Bruselas y Valonia. La federalización del país, en 1970, profundizó las divisiones entra ambas comunidades, sobre todo en el plano político, ya que la nueva organización del país dividió completamente el sistema electoral. Así, no existen elecciones federales: cada comunidad vota sus propios representantes, lo que redunda, debido a la mayor población, en un dominio flamenco de la escena política nacional. Como consecuencia, los políticos hace campaña (y gobiernan) para sus votantes, lo cual evidentemente no hace mucho por la unión nacional, que por otra parte a los flamencos les preocupa cada vez menos.

Dividida desde 1989 en tres regiones (Flandes, Valonia y Bruselas, que es una especie de semi-región con menos prerrogativas que las demás), una de las cuales (Flandes) coincide además con una de las tres comunidades lingüísticas, Bélgica posee una arquitectura institucional que es todo menos simple. Suele decirse, de hecho, que sólo dos cosas mantienen unido al país: Bruselas y la monarquía. Esa particular situación lleva a que prácticamente no existan reivindicaciones republicanas en el sur del país (Valonia), la región que más resultaría perjudicada por una separación, ni en el PS ni en el Partido Ecologista (izquierda).

A estas particularidades, Bélgica suma otras más claramente positivas como ser uno de los últimos países de Europa en aferrarse a los restos del Estado de bienestar, con seguros de desempleo y leyes laborales más protectoras que en otros países de la UE.

Raro, raro país, interesante para los aficionados a la cerveza, el chocolate, la arquitectura, la historieta, el género fantástico, el humor absurdo, el surrealismo, el jazz (grande Django), la traducción... y las singularidades de la organización política.

PS: La imagen es la tapa de un libro de Philipe Geluck, creador de Le Chat (El gato), historieta donde dominan los juegos de palabras y un humor voluntariamente tonto.

2 comentarios:

  1. Comandante
    ¡Un Uruguay Europeo!, inventado en la misma epoca y por los mismos motivos por Inglaterra.
    ¿Orientales o Cisplatinos? ;-P
    Pensar que los revolucionarios valones le ofrecieron la Comandancia en Jefe a San Martin.
    Un abrazo.
    PD Un consejo de amigo, no le de ideas electorales basadas en Bélgica a los Republicanos.
    Dividir a la Argentina, en 5 o 6 regiones etnicas para fortalecer el Federalismo es medio pesadillesco.
    Lo unico bueno seria la creación de la Bruselas argentina, CABA + GBA, ya escucho los aullidos de Flores y recoleta. ;-P
    Un abrazo y feliz año

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  2. Tiene razón, Manolo, soy un irresponsable. ¡Es como dice Lanata, los blogs son peligrosos!

    Pero me sorprendió: ¿los Republicanos necesitan ideas? Yo pensé que con decir "¡KK chorra!" les alcanzaba.

    ¡Feliz año!

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